Inicio Opinión Antonio Oliver Iván Águila: «Jaime no tuvo intención de lesionarme»

Iván Águila: «Jaime no tuvo intención de lesionarme»

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El domingo se jugaba en el campo de fútbol de Arjona un partido correspondiente a la primera jornada de la segunda vuelta de la Primera Andaluza, entre el Urgavona CF y el Begíjar CF. El partido fue disputado. Tuvo un marcador que, tras ponerse el equipo visitante 1-3, parecía resuelto, pero un gol del Urgavona apretó el choque y ambos equipos tuvieron que echar el resto hasta el final. Cada uno para lo suyo.

El encuentro llegaba al minuto noventa y, en uno de los últimos esfuerzos, Iván Águila jugador local, intentó progresar hacia la portería del Begíjar cuando se produjo una fricción con Jaime defensa rival -falta para los locales, jugada limpia para el colegiado- y como consecuencia de ese lance Águila quedó sensiblemente dolorido. Gestos de dolor y alarma inicial que hizo pensar en una lesión muy grave -a esta hora el chaval no sabe todavía lo que tiene-con la consiguiente preocupación de compañeros y aficionados.

Finalizado el encuentro el entrenador del Urgavona, José Alberto Frías, traslada a su futbolista al Hospital de Andújar donde es reconocido. Los médicos observan una gran inflamación en la rodilla afectada y descartan problemas óseos. Le practican un vendaje que cubre toda la pierna y tiene cita con el traumatólogo para el 16 de enero. Hoy visita la Mutualidad de futbolistas. Solo hay que esperar que ese sea el último paso para que el jugador conozca el alcance de su lesión y el tratamiento que corresponda.

El fútbolista, según sus propias palabras, se encuentra preocupado y con muchas molestias en la rodilla afectada: «Me duele mucho. Estoy más molesto a medida que pasa el tiempo. Efectivamente, tengo cita para el traumatólogo del Hospital de Andújar el 16 y esta tarde voy a Jaén a la Mutualidad. Me acaban de llamar para adelantarme la cita. Espero que me digan lo que tengo». La lesión, ya se descartó, no es de hueso. El chaval teme que sean los ligamentos o el menisco. Los dos días de espera han debido de ser largos.

El fútbol modesto vive estos lances con frecuencia. Jugadores de equipos pequeños que, como los de la élite, sufren lesiones de mayor o menor gravedad y que, en estos casos, tienen el anonimato como norma general. Palabra de Fútbol ha querido poner el foco en este caso para proyectar una realidad sabida por quienes transitan estas categorías pero, públicamente, muy desconocida. En estas competiciones sucede, a escala, lo mismo que en grandes estadios. Para lo bueno y para lo malo.

La historia es muy doméstica. El, entrenador traslada en su coche al jugador. Le lleva al hospital, le atiende hasta dejarlo en manos del médico…el jugador vuelve a casa sin conocer qué le puede pasar y a esperando que el sistema funcione o no. Lo mejor, siempre lo ponen los deportistas.

Preguntado por el lance que le produjo la lesión, Iván descarta intencionalidad: «No hubo intención. Me iba y él entró fuerte, se produjo el choque y como consecuencia la lesión. Íbamos muy fuerte y así terminó la cosa. Jaime, el jugador del Begíjar, me ha llamado y se ha interesado por mi estado. Se lo agradezco. También ha venido a verme Manu, el portero del Begíjar que es amigo mío. Ha estado en mi casa y me ha dado ánimos. También del Begíjar se han interesado por cómo estoy. Agradezco que lo hayan hecho».

Los jugadores, los entrenadores, los directivos, viven una realidad de precariedades y esfuerzos personales, que solo descansa en una afición a prueba de bomba. La alegría de un gol, siempre es la misma. El dolor y las dificultades ante un momento de necesidad y de frustración, como el de sufrir una lesión, es doblemente doloroso en estas categorías. Ojalá Iván, que solo piensa en recuperarse y volver a jugar, tenga algo «menos grave» y que los médicos de la Mutualidad de futbolistas le ayuden, diagnosticando y estableciendo una hoja de ruta para la recuperación. El calor del fútbol modesto se ha demostrado que lo tiene. Como siempre…