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El Atleti sacó 3 puntos importantes en Ipurua en su ademán de perseguir al  intratable Barça de Valverde. Un solitario gol de Gameiro en la primera mitad les valió a los del Cholo, que acabaron sufriendo ante el equipo armero y pidiendo la hora ante las acometidas de los de Mendilibar.

Hay dos caras de este Atleti: una cuando busca la portería y otra cuando ya la ha encontrado, en la primera parte se pudo ver a un Atleti alegre buscando la portería de Dimitrovic con un  gran Vrsaljko por la derecha. Un Atleti con la presión alta y con un Thomas en el centro del campo con un gran manejo del esférico. Dispusieron de muchas ocasiones los rojiblancos, sobre todo Gameiro que fallo algunas muy claras, Koke también erró otra ocasión tras un buen centro de Vrsaljko. Esta superiodad en campo contrario de los colchoneros se iba a materializar en el único gol del encuentro en el minuto 26, tras una buena salida de Thomas que frenó la defensa armera, el balón le quedó perfecto a Correa para habilitar a Grizzi, «el principito» le dio el pase de la muerte a Gameiro que ya no podía fallar ante Dimitrovic, aunque lo hizo difícil y la coló debajo de las piernas del arquero.

Paso atrás de los jugadores del Cholo y consecuente concesión  ( valga la redundancia) de espacios en la medular, al minuto de marcar el Atleti ya era otro. Con el culo metido en su portería y a la espera de la contra que les ofreciese el segundo gol. Es pecado conceder tantos metros a los equipos y no es cuestión que encima se los concedas al Eibar, pero los jugadores del Cholo eso lo tienen automatizado y los partidos son sufridos hasta el final. La segunda parte fue un ejercicio del Eibar por empatar el partido y los colchoneros se agarraron al mejor portero del mundo, Oblak para aguantar el resultado hasta el final. El único apunte en ataque del Atleti en la segunda parte fue un mano a mano que falló Grizzi ante Dimitrovic tras un disparo con la diestra. Los últimos diez minutos los jugadores armeros no lograron embocar las muchas ocasiones que tuvieron tras encerrar al Atleti en su área chica. Se pidió una mano de Vrsaljko pero fue involuntaria. Esto con Costa no pasaba.