Morir o vivir, no hay más. Real Madrid y París Saint Germain juegan el partido más importante de sus respectivas temporadas, y solo uno puede superar ese delgado limbo que separa la gloria del fracaso. Si el Real Madrid sale derrotado, su temporada habrá sido un fracaso, tras venir de realizar su campaña más exitosa con Liga y Champions incluida. Por su parte, si los franceses, favoritos, no logran pasar de ronda, de nada habrá servido adquirir a los dos jugadores más caros de la historia del balompié y llamados a ser los reyes de la próxima década: Neymar y Cavani.
Zidane se juega todo. Si el Real Madrid fracasa, es probable que el entrenador no se debiera sentar, por méritos y desgaste, la próxima campaña en el banquillo. Confirmado el bloque defensivo y del medio del campo: Navas, Nacho, Ramos, Varane, Marcelo, Casemiro, Kroos y Modric; la duda está en saber si se atreve a dejar a su mejor jugador en el banquillo y apuesta por la BBC: Bale, Benzemà y Cristiano. Solo alguien como Zidane podría atreverse a sentar a su mejor pupilo en el banquillo, y es por eso, en parte, por lo que merece estar cuestionado.
El PSG también viene con todo. Mbappé, Neymar y Cavani, la temible tripleta parisina, arriba en la capital con el cartel de favorita y la necesidad imperiosa de dar un golpe en la mesa y demostrar que son favoritos. Es la única forma de superar la aberración de la pasada campaña, en la que se dejaron remontar un 4-0 en la vuelta del Camp Nou.
Ante todo ustedes, en Chamartín, un auténtico partidazo.
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