Inicio Portada La UDC Torredonjimeno doblega en el Veracruz a un moribundo Villacarrillo (2-3)

La UDC Torredonjimeno doblega en el Veracruz a un moribundo Villacarrillo (2-3)

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Diego J. González.- Igual, tras tanto hablar de mala suerte, de injusticias, de decisiones arbitrales adversas, de males de ojo y demás fenómenos paranormales, la clasificación lleve razón y el Villacarrillo se halle de esta guisa, al borde del descenso, por méritos propios. Por ser generalmente inferior a sus oponentes y muy probablemente por no haber logrado completar una plantilla para competir en esta categoría, valga la redundancia. Igual la distancia más corta entre dos puntos es la línea recta.

Esta vez fue el UDC Torredonjimeno quien sacó tajada del Veracruz, el estadio más plácido para todo si no eres campiñés: para jugar, si eres visitante; para animar sin oposición, si has recorrido kilómetros con el deseo de arropar a los tuyos; para arbitrar sin miedo, si eres trencilla. Los de Chumilla se llevaron el gato al agua en lo que podríamos denominar “el derby de los fallos”, en el que ambos equipos comprovincianos se intercambiaron regalos defensivos por doquier. Propongo el 25-F como “el día de la amistad jienense”.

El caso es que el cuadro toxiriano venció por contabilizar menos deméritos que su contrincante. Demostró ser un bloque bastante más experto y con oficio que el celeste, lo cual fue suficiente como para llevarse los tres puntos. Y eso que el partido arrancó con un escenario totalmente distinto.

Con Jesús Párraga en la grada y Carmelo Jáimez al mando en el banquillo, y con las sensibles bajas de hombres como Niza, Meissa o Toni, el Villacarrillo comenzó como un cohete el encuentro. Dominando el esférico, con pausa y criterio, los locales arrinconaron de entrada a los de Chumilla hasta que en el minuto 6, un garrafal fallo de Vicente al intentar sacar el balón jugado desde su área fue aprovechado por Cuevas para, llegando a línea de fondo, servir un pase de la muerte que Fran lo convertiría en el 1-0.

Mero espejismo. Seis minutos después, una protestada falta sancionada en una inocua pugna aérea derivó en el empate. Adri la botó con su guante y Rubén López, totalmente libre de marca, cabeceó para superar a un descolocado Samu.

Los locales desde entonces perdieron el norte. A poco que los de Chumilla contactasen con sus delanteros, el gol parecía cantado ante un sistema defensivo local propio de categorías inferiores. Juan Carlos malogró dos goles cantados ante la pasividad celeste; primero al no acertar en boca de gol un medido centro de Carrillo y después con una vaselina ante la salida de Samu que rozó el larguero.

Pero la empanada celeste era de tal magnitud que era de justicia su traducción en el marcador. Y llegó en una acción coherente con lo que se atisbaba y con el runrún de la grada. Una falta sacada rápidamente por Adri ante la nula oposición local habilitó a Quesada, solo en la esquina del área grande, para que el linarense se inventara un trallazo cruzado que zarandeó bruscamente las mallas. Javi Quesada, otro de los del club de los que no saben marcar goles, sino golazos.

Una cosa es tener más o menos calidad, y otra bien distinta es no conocer lo básico de este deporte: permitir botar una falta sin oposición, no marcar al rival, no concentrarse. 1-2 al descanso.

El patrón de juego prosiguió tras la reanudación y el Torredonjimeno ampliaría su ventaja. Esta vez sería en una contra de manual dirigida por Adri, que esperó la llegada a línea de fondo del incombustible Luque para que el carrilero enviara un centro preciso a la testa de Carrillo, quien con un remate picado puso el 1-3.

Los de Chumilla, al trantrán, casi habían sentenciado el duelo, dejándose llevar desde ese momento… para acabar sufriendo. Y es que una mano infantil de Miguelín en su área, en la que pareció querer reencarnarse en Juanma Olivares, otorgó la posibilidad a los celestes de volver a engancharse al partido. Cuevas no falló. 2-3.

Desde ese instante, el Villacarrillo, inesperadamente vivo, espoleado por el gol y mejorado en la medular con el ingreso de Juan Ángel por Sabaca, se vino arriba, con más corazón que otra cosa. Los rojiblancos perdían el dominio del juego y el recurso más usado consistía en que Carrillo arañara el mayor tiempo posible en el suelo cada vez que chocaba con un rival.

El empate sobrevoló el Veracruz cuando un misil lejano de Juan Ángel se estampó en el larguero toxiriano. Pero no, hoy tampoco sería el día de la épica ni de la suerte; más bien el de los fallos infantiles, el de los despropósitos. Favio, uno de los mejores fichajes celestes, canchero en la medular, se pasó de revoluciones y fue expulsado por doble amonestación en sólo tres minutos.

Como dos semanas atrás, una absurda expulsión cerraba el encuentro y elevaba a definitivo el 2-3. Ni siquiera a la desesperada, en la última acción del choque, ningún jugador celeste fue capaz de empujar un balón muerto en el área pequeña toxiriana tras un barullo. El destino es inexorable.

Los “Toxiking”, grupo de animación toxiriano, celebraban el triunfo orgullosos de sus jugadores; los campiñeses esta vez ni se esperaron a despedir a los suyos, quizá porque la única despedida en Villacarrillo ya se haya consumado: la de la Tercera División.

 

FICHA TÉCNICA

Villacarrillo CF: Samu; Tetis, Abraham, Serrano, Sergio; Favio, Sabaca (Juan Ángel, min. 60); Miyi (Cristian, min. 74), Cuevas, Fran (Edgar, min. 60) y Dani.

UD Ciudad de Torredonjimeno: Olivares; Miguelín, Rubén, Vicente, Julio; Lara, Quesada (Ureña, min. 74); Luque, Adri, Juan Carlos (Álex, min. 89) y Carrillo (Zapa, min. 87).

Goles:  1-0: Fran, min. 6. 1-1: Rubén, min. 12. 1-2: Quesada, min. 39. 1-3: Carrillo, min. 64. 2-3: Cuevas, min. 70.

Árbitro: Quesada Rodríguez (Granada). Amonestó por los locales a Abraham, Serrano, Cuevas, Juan Ángel, Cristian y expulsó a Favio por doble amarilla; por parte visitante amonestó a Miguel.

Incidencias: Municipal Veracruz, unas 400 personas.