Había que confirmar el gran partido de la ida, el que dejó el 3-1 en el marcador del Bernabéu, y los de Zidane lo hicieron con madurez, sentido y buen fútbol. Todo ello pese a la baja de sus dos pilares en el medio del campo, como fueron Modric y Kroos. Una exhibición blanca ante el llamado a dominar Europa, que fracasó en octavos de final, subyugados al dominio del rey de Europa.
Zidane fue el gran triunfador de la eliminatoria. Cuestionado por su mala temporada, el entrenador dio una lección tanto en la ida y en la vuelta. Con las bajas, dio salida a dos de sus jugadores no tan habituales pero que más rendimiento le producen: Lucas Vázquez y Asensio, y ambos jugaron de maravilla, tanto en defensa como en ataque e, incluso, se fueron sin marcar por poco, pues ambos golpearon la madera.
Otro que jugó de fábula fue Cristiano Ronaldo. El luso hizo el primero de los tantos de los merengues. Asensio robó el balón a Alves en el medio del campo y llegó al área rival. Allí, gambeteó al brasileño y puso el balón sutilmente a Lucas, que centró con precisión a la cabeza del balón de oro, que la picó para anotar el primero.
Cavani, de carambola, puso el empate, pero el dominio blanco se materializo tras esto, y más acrecentado con la expulsión del infantil Verratti. Casemiro, cuyo partido fue descomunal, hizo el segundo, con el que el Real Madrid gana por primera vez en el Parque de los Príncipes. Una jornada de ensueño para los blancos, que tienen entre ceja y ceja la Decimotercera.
Fotografía: Realmadrid.com
Follow
