Un gol de penalty en el 96 le valió al Real Madrid para clasificarse a las semifinales de la Champions League. Nadie imaginaba un final así, pero es que tampoco, ni los más viejos del lugar, creían que el partido se desarrollase con un guion tan truculento. Los de Zidane salieron confiados por el buen resultado de la ida, mientras que los italianos salieron, como no tenían más remedio, con el cuchillo entre los dientes. Y vaya si les sirvió. Consiguieron igualar el 0-3 e igualaron la eliminatoria.
En el minuto 2 empezó la Juventus a subir su particular ascensión a los Dolomitas. Douglas Costa corrió y asistió a Khedira para que, con un sutil centro, dejase en bandeja el cabezazo de Mandzukic. Tras el varapalo, quiso dominar el Real, pero el cuadro turinés tenía mucho peligro con sus ataques. Y claro, en uno de estos, muy calcado al primer tanto, llegó el segundo del ariete croata.
Los nervios de la parroquia blanca eran palpables en el descanso. Y lo cosa fue a peor: tras un enorme error de Keylor Navas, Matuide igualó la eliminatoria. 0-3 a falta de media hora por jugar. Todo abierto, y el Real Madrid empezó a maquinar, pero sin gigantescas ocasiones.
Todo apuntaba a la prórroga hasta que llegó la jugada del partido, de la eliminatoria y de La Champions League, por su transcendencia. En el minuto 92, el balón lo cabeceó en el área Ronaldo para cederle el balón a Lucas Vázquez. Este fue derribado por Benatia -aunque puede parecer una pena máxima clara, podría no haberse pitado-, y el árbitro señaló los once metros. Los juventinos se iban a comer al árbitro. Buffon perdió la cabeza y fue expulsado. Muchas artimañas juventinas y minutos después, Ronaldo metió su enésimo gol en la competición y clasificó al equipo. El mayor susto del siglo. Pero con final feliz. Espera el Liverpool, el Bayern de Munich o la Roma.
Fotografía: Realmadrid.com
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