Inicio Champions League Otra noche europea para el recuerdo (2-2)

Otra noche europea para el recuerdo (2-2)

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Tercera final en tres años de forma consecutiva para el Real Madrid de Zidane, que nunca antes había sufrido tanto como entrenador en Europa. Pero sobrevivió. El Real Madrid nunca muere. Ni tampoco sus jugadores históricos, como Benzemá, que recordó a la afición por dos veces que lo de pitarle es una auténtica «boutade». Y también se reivindicó Keylor Navas: no solo salvó al cuadro blanco de la eliminación con sus paradas, sino que se cortó el pelo. Y es que se tuvo suerte, pues el Bayern acribilló la portería de los merengues. Fueron mejor los alemanes. Pero sobrevivió. El Real Madrid nunca muere.

La solución a la baja de Carvajal en el lateral derecho no salió bien. Lucas, muy voluntarioso y expeditivo, ayudado por Modric, hizo lo que pudo para no jugar nunca en esa posición. Alaba y Ribery hincaron con vehemencia el cuchillo por esa banda e hicieron mucha sangre. Pero justamente por la otra llegaba el primer tanto bávaro, obra de Kimmich, en el minuto tres, con lo que aparecían las pesadillas del día de la Juventus. Pero sobrevivió. El Real Madrid nunca muere. Los blancos empezaron a tomar el control y pronto llegó el empate. Marcelo centró y Benzemá cabeceó a la red su primer tanto de la noche. Qué gran partido del galo.

Pero el Bayern seguía mandando. Heynckes, el entrenador de la séptima, se desgañitaba con la elegancia que le caracteriza. James tomaba la pelota y ponía imaginación. Filtraba pases a las bandas con gran facilidad, y veía también hacia delante, con Muller y Lewandowski muy activos. Fue él el que puso el 2-2 en el minuto 60 para calentar al máximo la eliminatoria.

Pero antes del tiempo de los infartos llegó el fallo de la noche. Ullreich demostró estar a años luz del lesionado Neuer. Un fallo estrepitoso del guardameta dejó en bandeja el tanto a Benzema, su segundo. El triunfo de la parsimonia y de la calidad. Lo que pasó después ya se ha dicho. El exmadridista anotó y pidió perdón a la grada, que recompensó el gesto con aplausos cuando el colombiano fue sustituido. Ya han salido aplaudidos del coliseo blanco, este curso, James, Joaquín y los policías el pasado 1 de octubre, ante el Espanyol. Pero, ¿por qué a cambiaron al mejor del Bayern? No se sabe. Lo cierto es que, desde que abandonó el césped, el orden ofensivo de los alemanes decreció.

Hubo ocasiones varias para echarse las manos a la cabeza. Nadie con un marcapasos lo hubiese contado. Llegaba y llegaba el Bayern, pero entre la falta de acierto y Navas, la eliminatoria se quedó en casa del campeón. Nada fue sencillo. Pero sobrevivió. El Real Madrid nunca muere. Son los reyes de Europa.

Fotografía: Realmadrid.com