Solo 90 minutos separan al Real Madrid de su tercera final consecutiva de Liga de Campeones. Son solo dos los obstáculos, que no parecen pequeños. El primero, el rival. El Bayern de Munich, uno de los grandes equipo de Europa, no solo de siempre, sino en la actualidad. Y el otro enemigo es el factor casa. Un horroroso partido en cuartos como el que jugaron ante la Juventus (1-3) clasificaría a los bávaros. Y es que el equipo de Zidane tiene que jugar de forma excepcional para pasar de ronda, pese al gran resultado en Munich: 1-2
El entrenador galo no puede contar con Isco, lesionado en el partido de Alemania. Y tampoco con Carvajal, el lateral más fiable en lo defensivo. Resulta esto un grave problema, pues Achraf no parece dar la talla y Nacho, aún, no está recuperado al cien por cien. Lo normal, por tanto, será que juegue Lucas Vázquez, en una posición en la que no es habitual. Arriba, la duda es saber qué dos jugadores acompañarán a Ronaldo. Uno será, casi con toda seguridad, Marco Asensio. El otro saldrá entre Benzemá -parece el favorito- y Bale. Incluso Kovacic podría entrar para jugar más atrás.
El Bayern de Munich viene sin Arjen Robben ni Boateng, pero recupera al peligroso Alaba. Y James viene extramotivado, con muchas ganas de demostrar que vale para el equipo de Zidane. Sin duda, el partido más importante para ambos en lo que va de temporada.
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