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El Real Jaén, terminado el sueño copero, solo tiene un reto: el ascenso

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El Real Jaén ha terminado su paso por la Copa del Rey. La gloria de haber transitado con dignidad por este torneo es lo único que ha quedado. El buen partido de Talavera y el pase. El buen partido de Ontinyent y la derrota en los lanzamientos de penalti. Ya está.

Como suele ocurrir, porque la historia lo permite, se había construido una torre de anhelos que quería ser coronada con un equipo que, además de otra noche de fútbol para la historia, remendará generosamente las arcas del club. Esta temporada no podrá ser y ello ha supuesto una decepción para una masa social que, a tenor de la buena imagen dada en esta Copa, albergaba la esperanza de jugar para llegar muy lejos.

Las ilusiones, sobre todo en equipos históricos, tienen su origen en hechos concretos y el Real Jaén sabe mucho de partidos de Copa en los que se ha disfrutado, se ha jugado con la épica, se han llenado el viejo y el nuevo campo y se ha superado a rivales de mucha mayor categoría deportiva.

La Copa para el conjunto jienense es una cita especial, no menor, y en la que se debe creer en los milagros. Esta vez no ha podido ser e,inmediatamente, debe restaurar las heridas de la eliminación copera. No hay margen.

El conjunto de Germán Crespo solo puede obtener conclusiones positivas de su paso por la Copa. Ahí debe apoyarse el relanzamiento en liga. La gloria de una buena imagen es poco premio y poco argumento si, por delante, está el compromiso ineludible del ascenso. El pasado domingo, frente al Guadix, la realidad de esta categoría dio un primer aviso. El fútbol no es un juego en el que los favoritos siempre ganan, pierden muchas veces.

A partir de ahora, para bien de todos, equipo y afición deben unirse para salir en busca de resultados que acrediten sobre el campo, el potencial teórico del equipo. La condición de histórico no suma, si no hay una acción decidida y eficaz que lo reafirme con la pelota y ante cada rival, sin excepción.

Felicidades al Real Jaén por su decentísimo papel en la Copa del Rey pero, desde hoy, solo existe el horizonte del ascenso y a esa cita, sin excusas, debe acudir el equipo.

Al final del camino están las ilusiones de todos. Una afición deseosa de huir de Tercera y el futuro de una entidad que se juega mucho y que ha apostado muy fuerte, no sé si a todo o nada, por el ascenso. Es el único camino para alejar penurias, descalabros y futuros sombríos. Al tajo.