Son ya seis horas y media de juego las que el Real Madrid acumula sin hacer gol. Marcó al borde del descanso, en la jornada 5, ante el Español, y desde ahí, nada más. Pizjuán, Luzhniki, Bernabéu ante el Atleti y Mendizorroza. Cero goles y tres derrotas.
Lopetegui y su idea de fútbol ha entrado, definitivamente, en una crisis inmersa. Son ya cuatro los partidos en que el Real Madrid no gana, y de esos, tres se cuentan por derrotas. Y lo peor, además de la falta de goleadores, son las sensaciones. Nada que dé a pensar que el equipo puede ganar esos partidos. Hoy, en Vitoria, el cuento ha sido el mismo: un club sin alma y sin apenas crear peligro. Manu García, en el minuto 95, castigó al cuadro de la capital y le hizo sufrir la segunda derrota liguera del equipo.
Así, los vitorianos alcanzar al equipo blanco en la clasificación. No fue el mejor partido de los vascos, pero suficiente para hacer doblegar al errático Real Madrid. Nada ilusiona ahora. Muy mal todo. Arriba, todo es una masacre. Ni Benzemá, ni Bale, ni Mariano. Es hasta irónico que el público ponga el entusiasmo en Vinicius Jr., a sus 18 años, y sin apenas minutos a sus espaldas.
Llega el parón de las selecciones, y esa es la mejor noticia para el Real Madrid. Lopetegui, ante esta racha de resultados, queda en la cuerda floja. Es difícil echarle solo la culpa a él, cuando el Real Madrid ha perdido a su auténtico anotador y la política de fichajes veraniega ha sido floja. Toca reflexionar, si el Real Madrid no quiere tirar la temporada cuando aún no se ha cumplido el ecuador de octubre. Y el Alavés, de la mano de Abelardo, huele a Europa.
Fotografía: Realmadrid.com
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