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Martos CD, reacción o desastre

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El Martos CD es un equipo histórico. Está en las páginas ilustres del fútbol provincial y ha hecho aparición, con enorme dignidad, en lances de Copa del Rey o Ligas de Ascenso. Siempre ha sido un conjunto respetado y querido en el concierto general del fútbol. Cientos de jugadores de altísimo nivel han defendido su camiseta y muchos, con sus actuaciones, han contribuido a que Martos, como ciudad, haya disfrutado de espectáculos dignos de categorías superiores. El emblemático estadio marteño, su césped, sus gradas y los vestuarios son testigos, protagonistas y cómplices necesarios de un relato futbolístico que no puede caer al vacío sin que todos los que pueden hacer algo, lo hagan.  

El resultado que se ha cosechado en Huétor Tájar (8-1), pese a lo terrible de los guarismos, puede ser una llamada de atención que haga despertar a todas las partes. Si usamos el tópico puede ser, un punto de inflexión. Da igual cómo se le llame. Lo cierto es que, desde hace un tiempo, el proyecto hace aguas y no se acaban de poner soluciones. Lo deportivo no termina de ver la luz de la regularidad y lo económico está en números rojos. Los dos indicadores señalan hacia un horizonte preocupante. Se trata, después del marcador de Huétor, de que los actores implicados y con papel sobre este escenario, se pongan a trabajar juntos y con la única idea de salvar la categoría y de salvar la institución. Sonó la campana que llama a lo necesario, a lo práctico. No hay excusas

Los aficionados están. Lo demostraron en la última Asamblea. El equipo es el más interesado en salir del pozo. Los inversores deben dar respuestas y emitir señales de confianza y la parte local de la directiva, debe estar atenta y activa ante lo que está pasando porque, hay tiempo para todo, pero algo debe empezar a cambiar para no entrar en una dinámica autodrestructiva en la que se resquebrajen los márgenes de confianza y se empiece a tener sensación de que lo fatal es inevitable. Ojalá no se haya llegado a eso.

Solo quienes están ahí y saben qué profundidad tiene el bache, pueden tomar medidas. Lo único cierto es que está en riesgo un trozo de historia local. El Martos CD pertenece al patrimonio afectivo y emocional de la ciudad. No es un tema menor y debe ser tomado como lo que es, por parte de todos. Hay tiempo para cualquier cosa, menos para no dar al problema la dimensión que tiene. Los sentimientos son materia delicada y el Martos CD, para muchísimos marteños, es un sentimiento con más de cincuenta años. Más vale actuar ahora para no lamentarse después.