Las penas en Europa son menores para el Real Madrid tras su triunfo en el Estadio Olímpico de Roma por 0-2, con tantos de Gareth Bale y Lucas Vázquez. Con este resultado, el equipo dirigido por Santiago Solari se asegura, a falta de tan solo un partido por disputarse, el primer puesto del grupo. Por tanto, el duelo ante el CSKA de Moscú se torna intrascendente. La Roma, pese al tropiezo, pasará como segundo.
El marcador pudo ser un espejismo si la Roma no hubiese fallado algunas ocasiones clamorosas. La defensa blanca, como es habitual en los últimos encuentros, fue un desastre. Sergio Ramos continúa con sus insistentes y peligrosos regates que generan más de un grito de miedo en el aficionado merengue. Y Varane parece mucho más inseguro que otrora. Hasta Carvajal erró al borde del descanso, hasta tal punto que no se sabe cómo Under echó a las nubes ese balón a puerta vacía. Y qué decir de Marcelo. Pese a aportar tanto en ataque, en defensa es un verdadero coladero.
Solari tiene mucho que mejorar, especialmente atrás. Y no se entiende que tenga a Isco en el banquillo. Ojo con eso. Pero pese a todo, el vendaval local se frenó en la segunda parte, en la que el equipo blanco controló el encuentro. Y en esta mitad llegaron los dos goles que, tras el ridículo en Ipurua, otorgan algo de tranquilidad en Chamartín.
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