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Sala de Análisis: El Madrid ganó en Roma el partido que perdió en Eibar

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José Ramón Cobo-Reyes.- El Real Madrid necesitaba una victoria balsámica para evitar que los fantasmas que volvieron en Liga generaran una crisis para los de Solari. La primera buena noticia para los blancos llegó antes del partido, con el tropiezo del CSKA de Moscú que daba el pase al Real Madrid y al AS Roma. Aun así, en juego estaba la 1º plaza del grupo que puede ser decisiva en el devenir de la competición, ya que los favoritos tienen la primera plaza bastante encarrilada, como la Juventus, el Bayern o el Manchester City. El Real Madrid ya quedó 2º el año pasado y le tocó un cruce contra el PSG.
Por otra parte, si el Real Madrid necesitaba una victoria para ahuyentar fantasmas, los de Di Francesco no andaban mucho mejor. La derrota el fin de semana ante el Udinese les deja en la 7ª posición en la Serie A, una competición en la que todavía no han alcanzado la regularidad.

Salida de la presión

La Roma le presentó un partido al Real Madrid parecido al que se encontró en Eibar. Una presión alta del equipo romanista para evitar que el Real Madrid pudiera salir combinando. A los blancos les siguió costando en exceso sacar el balón, y ningún atacante amenazó la espalda de la defensa de la Roma en esta fase del juego para provocar que se atrasaran unos metros. En este aspecto echo de menos un mayor dinamismo de Bale, ya que con espacios puede ser uno de los jugadores más determinantes del mundo.

Presión alta de la Roma que provoca un córner de Sergio Ramos. Ninguna línea de pase para el sevillano

En la salida combinativa, el Real Madrid tuvo pocos argumentos para sortear la presión de la Roma, tal y como le pasó ante el Eibar. Pases horizontales, pase atrás hacia Ramos y Varane y escasa movilidad de los jugadores por delante del balón. La salida en la banda derecha se espesaba especialmente, repitiendo la secuencia central-lateral-extremo que provocaba que Lucas Vázquez recibiera de espaldas y no encontrara a nadie por dentro ya que existían pocos movimientos que liberaran jugadores por dentro.

Varane solo encontraba a Carvajal en la salida, y el balón acababa en Lucas de espalda y sin opción de pase interior.

En la banda izquierda el Real Madrid tenía más claridad. Las relaciones entre Ramos, Marcelo, Kroos, Benzema y Bale provocaban mayor superioridad que en la otra banda. Benzema cae mejor a dicha banda y sus movimientos los entiende mejor Kroos. Además, Marcelo es un jugador que ofensivamente aporta muchas soluciones y cuando está en contacto con el balón aporta mucho dinamismo a la acción. La Roma por ello orientaba la salida de balón madridista por su lado derecho. Cabe decir que aunque fuera mejor por el lado izquierdo, la salida del Real Madrid nunca se impuso con claridad a la presión romanista y es un aspecto a mejorar en las siguientes jornadas por los de Solari.

Secuencia en la que se observa como Benzema baja a recibir y Kroos ocupa su espacio en punta.

Contraataque

Visto que el juego que proponía la Roma era similar al que presentó el Eibar y que vapuleó a los blancos, era necesario considerar si se había sacado alguna enseñanza de la derrota en Ipurúa.
En Roma se vio un Real Madrid mucho más vertical en las transiciones. Conocedor de que desde el juego combinativo apenas inquietaba a los italianos, los blancos intentaban salir al contraataque cada vez que recuperaban, en vez de tratar de asegurar la posesión.
La Roma ayudó a este plan con muchas pérdidas en zonas sensibles, como en el primer gol de Bale, pero el Real Madrid se mostró compacto a la hora de salir al contraataque, ofreciendo muchas líneas de pase por delante del poseedor y con la incorporación constante de Modric y Kroos. Esta faceta le faltó al Real Madrid ante el Eibar, que nunca dotó de dinamismo a su ataque, ni en la fase organizada ni en la transición. Parece que Solari tomó nota y es una idea que interpretaron bien todos sus hombres, logrando lo que no consiguieron en Ipurúa, un contexto en el que amenazaran al contrario y se sintieran cómodos atacando.

El Real Madrid corría con cada recuperación, acompañando el contraataque con numerosos efectivos.

Hay que destacar que todo el equipo acompañaba estos contraataques, lo que permitía llegar con superioridad, generar profundidad y el temor de la Roma a perder balones en su circulación. De hecho, Di Francesco cambió el plan utilizando el juego directo y acumulando un 4vs4 con la línea defensiva del Real Madrid.

La Roma buscaba el juego directo para evitar el contraataque blanco

Ataque en campo contrario

Aglutino en este título tanto la fase de creación como de finalización madridista. A destacar los movimientos de Modric, que cuando no se encontraba en la base de la jugada el Real Madrid mejoraba, ya que encontrar al croata en zona de ¾ daba claridad a los ataques blancos.

Modric se colocaba por delante del poseedor.

Hay que decir que estos movimientos no fueron repetidos durante el partido, pero cuando el Real Madrid encontró en esas situaciones al croata los ataques mejoraron. Creo que debería ser una opción en la salida de balón el dejar en el primer escalón de la jugada un doble pivote (Kroos-Llorente en el partido) y colocar a Modric por delante, en la punta del triángulo. De esta manera se ganaría en profundidad en la salida de balón y dejar que fuera tan plana, ya que Marcos Llorente tampoco fue aprovechado en la base de la jugada.
En la fase de finalización a destacar la incorporación de jugadores desde otras líneas. Si el Real Madrid quiere paliar la ausencia de Cristiano es necesario que participen en labores goleadoras muchos más jugadores, no solo fijándonos en el número, también en la amenaza que suponía para los defensores encontrarse frente al luso.

En las dos imágenes se observa la presencia de hasta 5 jugadores madridistas llegando al área. La primera imagen es el momento previo al 0-2.

Sin embargo, el ataque organizado sigue teniendo lagunas, da igual en qué altura del campo sea. Ya hemos hablado de la salida de balón, pero algunas desconexiones también ocurren y el Real Madrid comete algunos errores como el no acompañar al lado fuerte del balón, lo que provocó el pase hacia atrás varias veces, con la consiguiente presión de la Roma y la pérdida de balón del equipo blanco. El ataque por el lado derecho necesita de mayor trabajo, ya que a Benzema le cuesta caer a esa banda y Kroos tampoco se incorpora a ese lado como hace Modric en el lado izquierdo, lo que provoca situaciones como la de la siguiente imagen.

Llorente y Modric rodeados de hasta cinco romanistas.

 

Presión alta

Por último, cabe mencionar que el Real Madrid sigue mostrando algunas fallas de coordinación, como se mostró en la presión alta al conjunto romanista. Ese medio segundo que tarda un jugador en saltar, o que vayan dos hombres al mismo, pueden ser un lastre en la Champions, aunque se espere que vaya mejorando conforme avanza el campeonato.

Secuencia de la presión madridista, donde cada vez que salta un defensor deja a su par solo, tardando la cobertura en llegar.

Estos problemas en la presión no fueron aislados, y a veces se presentó de esta manera y en otras ocasiones yendo dos jugadores al mismo rival, dejando una línea de pase clara en la salida de balón.

Ilustración- Modric y Lucas van hacia Kolarov, dejando al pivote de la Roma totalmente solo-

Conclusiones

El Real Madrid volvió a dar una cara competitiva en Champions League, que le bastó para superar la fase de grupos como primero de grupo y ganando en Roma. Se ha visto un plan alternativo cuando sufre una presión alta, ya que la salida del Real Madrid aun no es competitiva en estos contextos. La orientación del equipo hacia el contraataque fue eficaz y se mostró cómodos a los jugadores madridistas.
Sin embargo, no hay que olvidar algunos desajustes que sigue presentando el Real Madrid, como en la presión, y que aún tiene que mejorar su ataque organizado, siendo demasiado plano y con escaso dinamismo de sus jugadores. Acerca a Modric a los atacantes puede ser un argumento que aumente las posibilidades en esta fase del Real Madrid.
La cara que mostró el Real Madrid en el Olímpico fue la de un equipo en construcción, que adolece de algunos mecanismos, pero que tiene una cara muy competitiva en Champions y que se puede adaptar a un juego más conservador sin balón, algo que puede aprovechar en Europa pero no en Liga. Estas características le sirvieron a Zidane para ganar la Champions en su primer año en el Real Madrid, donde tampoco contaba con argumentos de peso en el juego combinativo y buscó un fútbol más práctico. Veremos cómo le sale a Solari, por lo pronto supera el bache ante el Eibar. Necesitará ganar este fin de semana para terminar de ahuyentar viejos fantasmas.