Bien es cierto que no se jugaba nada el Real Madrid y que ya estaba clasificado como primero para la siguiente fase. Pero más cierto es aún que el equipo, plagado de suplentes, hizo un ridículo espantoso. El enésimo de la temporada, por otra parte. Un equipo de poco fuelle y ya eliminado -ni jugará la Europa League- se llevó la victoria de paliza en el Bernabéu.
Un horror para los aficionados que desafiaron al frío y a la previsible falta de tensión competitiva. Y es que es peligroso observar como el Madrid se ha acostumbrado, durante este curso, a perder. No se ve ninguna mejoría, y pese al efecto inicial con Solari, las cosas se han vuelto a torcer. Y es que la apatía reina en la casa blanca.
Al descanso, el público dedicó una pitada al equipo, con 0-2 abajo, que lejos de espolear, lo acabó de hundir más. Unos silbidos que fueron atronadores al final. Solo un jugador se salvó del suspenso generalizado, y este fue Vinicius, que regateó con mucha eficacia y que lo intentó todo. Solo le faltó puntería.
Por otra parte, fue desastroso el partido de varios jugadores: Vallejo, Marcelo, Javi Sánchez, Odriozola, Isco y Benzemá rozaron el esperpento. Por desgracia, para el aficionado blanco, y pese a que son primeros de grupo, lo visto se puede resumir con el tópico «otro día más en la oficina». Y eso es extremadamente preocupante en el actual Campeón de Europa.
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