Inicio 1ª División Trágico adiós a Europa de un impotente Madrid (1-4)

Trágico adiós a Europa de un impotente Madrid (1-4)

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El gran glorificador de la tragedia, Sófocles, escribió en el 430 a.c. «Áyax», una de sus grandes obras. Dos milenios y medio después, el Real Madrid le rindió un sentido homenaje al teatro griego, al autor y al citado género con el más patético de sus partidos en la contemporaneidad: un 1-4 ante, justamente, el Ajax de Amsterdam. Y es que pocas tragedias mayores se recuerdan por el Bernabéu. El trece veces campeones de Europa, el rey del viejo continente durante más de mil días, cayó con estrépito viendo fantasmas a su alrededor, como Ricardo III. Y es que el partido fue, también, un drama shakesperiano. Todos acabaron, poco a poco, muriendo.

Son muchos los causantes de la barbarie. En primer lugar, se ha de mirar a la estructura. Florentino decidió no suplir la baja de Cristiano Ronaldo y confiar su proyecto a jugadores como Bale o Asensio, entre otros. Ni uno ni otro ha funcionado, hasta el punto que el único que, arriba, parece dar la talla es Vinicius Jr., que empezó la temporada jugando en Segunda B, en el campo del Navalcarnero o del Adarve. Ante esto, el fracaso era algo previsible o, al menos, lo fue para Zidane, el más listo de todos. En segundo término, y merecedor de despido inminente, se habría de señalar a Santiago Hernán Solari. Nada ha funcionado, pese a los trampantojos, desde que llegó el argentino al banquillo. Por mucho que Valdano asegure que lee a Nietzsche o que sea amigo de cierta prensa, lo cierto es que está muy lejos de ser el «superhombre». Llegó pidiendo «cojones» a los jugadores y lo que se ha demostrado es que, en realidad, a su equipo le falta el fútbol. Su mediocridad se evidencia, cual reflejo, con la apuesta decidida y ciega por Lucas Vázquez, un jugador leal y voluntarioso, pero cuya calidad igual no le daría para ser titular en cualquier equipo de media tabla.

Y, en último término, la culpa es de la plantilla, casi al completo. Solo se salvan dos jóvenes: Vinicius y Reguilón. El resto es todo un desastre. Courtois se comió el cuarto, quizás hechizado por un Dios furioso que castiga al madridismo por la suplencia de Navas y sus rezos. En defensa, la temporada de Varane y Nacho está siendo lamentable, mientras que Carvajal es tan inofensivo como el cuchillo de un «Cien Montaditos». Y mientras, el sancionado Ramos, de risas en el palco rodando su documental, probablemente candidato a los premios Oscar del próximo año tras la escasa calidad de las películas de esta edición. En el medio, Casemiro camina desquiciado y Kross no es que sea un trastor como aseguró Bernd Schuster, sino que, más bien, parece una barca a pedales. Y Modric, más voluntarioso que certero, yace errático. Y qué decir de Gareth Bale, más Forrest Gamp que nunca. Ni Benzemá está a la altura que se presuponía con sus exhibiciones de hace dos meses.

Y por si todo se torcía pronto contra el Ajax, como sucedió ayer, Solari -insistimos en su mediocridad- decidió no convocar ni a Isco ni a Mariano. Prefiero llamar a Fede Valverde. Una idea lamentable, muy poco nietzschiana: si se necesita pólvora, Valverde no es el mejor candidato para revolucionar el partido, y sí podrían serlo Isco o Mariano. !Y para qué se ha fichado a Brahim¡, ¿dónde está?

Ziyech hizo el primero en el minuto 7, tras grosero error de Kroos, y Tadic, tras realizar una ruleta a lo Zidane que dejó sentado a Casemiro, asistió a Neres para que estableciese el 0-2. Todo ya aquí era una barbarie, un despropósito, que se confirmó con el 0-3 que el serbio Tadic introdujo por la escuadra. El gol de Asensio posterior fue estéril, pues Schone, de falta directa, puso el 1-4 con cantada de Courtois que, quizás, estaba pensando en asuntos del corazón.

De este modo, los blancos se van de vacaciones a inicios del mes de marzo. Más de tres meses de retiro. !Y luego dicen de los Borbones! Toca cambiar muchas cosas para el año que viene, si se pretende que esta infausta temporada 2018-2019 quede como una mala anécdota. Como se sabe, los grandes reyes acaban siempre cayendo. Que se lo digan a Edipo. O a Macbeth. Toca levantarse de la tumba y volver a reinar.

Fotografía: Realmadrid.com