No debería engañar a nadie el resultado final del encuentro en Valladolid. Los castellanoleoneses se comieron a los madridistas, especialmente, en los primeros treinta minutos, donde el Real Madrid parecía una marioneta. Un esperpento, y el Real Valladolid se adelantó con gol de Anuar. Todo parecía abocado a la catástrofe absoluta. Incluso, le habían anulado dos goles a los locales y se permitieron el lujo de fallar un penalti.
Pero, ojo, el Real Madrid, sin necesidad de hacer un juego bueno, empezó la remontada. Primero, con un gol de estrategia que Varane convirtió en el empate y, tras la vuelta de los vestuarios, con gol de Benzema desde los once metros tras un penalti clarísimo. No se lo podían creer en el José Zorrilla, pues su equipo había desperdiciado una gran cantidad de ocasiones.
Y este resultado mató el partido. La energía de los vallisoletanos se acabó y el Madrid, sin apenas quererlo, sentenció. Lo hizo, de nuevo, Benzemá. De cabeza, tras otra jugada de estrategia. El Valladolid quiso, y tiró, incluso, al palo. Pero la pelota no quería entrar.
Casemiro fue expulsado y Solari volvió a temer en que la cosa se podía torcer. Pero no. Modric, tras un bonito regato, y ayudado por el francés, hizo el 1-4 definitivo. Increíble, pero cierto. Un resultado que maquilla la sensación plana que ofreció el equipo de la capital. Y esto, igual, da aire al técnico. ¿Será este el último partido del sentenciado Solari?
Fotografía: Realmadrid.com
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