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Antonio Del Moral, el «Gran capitán»

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Juan A, Águila.- Antonio del Moral Baena, nació en Jaén (24/04/1957). Criado en el barrio de San Ildefonso,  pronto empezaría a dar patadas a un balón, concretamente en el Odisea, siendo un crio.

Con muy temprana edad,  pasó a formar parte del Real Jaén, donde estuvo la mayor parte de su carrera como futbolista. Con 16 años era ya jugador  del equipo juvenil y más tarde del amateur, corrían los años 70, concretamente la temporada 73/74.

Fue cedido al Torredonjimeno y Carolinense, para así coger experiencia antes de volver al equipo “grande” del Real Jaén, como se le denominada en aquellos años, donde  más tarde debutó con 17 años de la mano de Manolo Ruiz Sosa.

Aquella temporada el equipo estuvo a punto de ascender a primera división, los Aguinaga, Martín Vila, Monterde, Machado…..etc.…. Gran conjunto el que había por aquel entonces donde Del Moral fue participe jugando los 5 últimos partidos de liga.

Antonio del Moral era un jugador con elegancia y calidad, seguido por conjuntos de 1ª división en aquella temporada, pero un inesperado accidente de tráfico lo truncó todo.

El Espanyol era el equipo al que podía haber dado el salto junto a Juan Huertas, otro jugador canterano. Ese percance de tráfico, cortó su progresión, en aquel momento.

Antonio comenzó a jugar como delantero, el gran Antoñete, al ver su envergadura, le puso en esa demarcación, llegando incluso a meter goles, sin embargo  poco a poco fue retrasando su posición, hasta jugar como centrocampista y más tarde como “defensa libre” una demarcación que en el fútbol actual ha desaparecido.

En esa demarcación jugó Antonio sus mejores años como futbolista. Tras hacer el servicio militar volvería al Real Jaén donde tuvo como patrones de mando a Roberto, Peñafuerte, Pedrito, Carmelo Cedrún, Neme y Ruiz Sosa y compañeros como Juanjo, Álvarez, Cuesta, Campos…..La temporada 83/84 con Neme en el banquillo, al que Antonio alude con grandes calificativos como entrenador, fue muy buena, aunque no se consiguiera ascender en aquel partido mítico y siempre recordado ante el Antequerano el 20/05/84. Esa temporada recibió el trofeo de la deportividad y valores humanos y deportivos.

La temporada 86/87 Del Moral decide marcharse y firmar su compromiso con el Granada,  donde estuvo dos campañas, y con el que lograría ascender a segunda división, el fútbol le debía algo. En aquel equipo que entrenaba  Joaquín Peiró, el bueno de Antonio que contaba con 28 años, jugó un total de 20 partidos y 1.683 minutos.

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En la temporada 88/89 abandona Granada para fichar por el Marbella que entrenaba Alvarito. Buena campaña la de Antonio en tierras marbellíes  antes de volver de nuevo a su Real Jaén.

Volvió al Real Jaén para quedarse definitivamente y  ascender, pero el descenso a tercera hizo acelerar su despedida. Tenía mucha ilusión con  volver a casa, pero a su vez aquel descenso le hizo mucho daño, según comentaba el propio futbolista.

Como capitán del equipo durante muchos años, dice no tener ningún entrenador perfecto, porque cada maestrillo tiene su librillo, pero los que más le marcaron fueron Ruiz Sosa y Neme.

Antonio del Moral en las 12 temporadas que vistió la camiseta blanca ha jugado un total de 256 partidos, 240 liga, 9 copa, 1 copa liga y 6 en copa de Andalucía. Marcó un total de 9 goles como futbolista blanco.

Ahora sigue el fútbol desde la distancia. Se le ve alguna vez que otra por La Victoria. Ama a estos colores y cada vez que habla sobre este Club, lo hace de manera especial y siente mucha emoción por dentro. Pertenece a la Asociación de Veteranos del Real Jaén, que aunque no juega, ayuda en todo lo que necesita dicho colectivo y como no, su amigo José Álvarez, alma mater  en esta Asociación.

Casado con Ana, es padre de 3 maravillosas hijas de las cuales se siente muy orgulloso y dice sentirse  feliz junto a  su familia.

El Real Jaén lo ha sido todo en su vida deportiva, le enseñó a forjarse como persona y como futbolista.

Poner un calificativo al bueno de Antonio del Moral es decir, elegancia, calidad, jugador espléndido y con un talento que supo transmitir en el campo. Todo un ejemplo a seguir. Esto sí que es amor a unos colores.