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Los pecados del Real Madrid en París

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José Cobo-Reyes.– El Real Madrid volvió de París con una derrota contundente (3-0) en un partido en el que solo compitió de tú a tú durante los primeros 15 minutos. El equipo de Zidane sufrió en todas las fases del juego, siendo superado por los parisinos que contaban además con las bajas de Mbappé, Neymar y Cavani. Estos fueron los pecados del Real Madrid en París:

Distancia entre línea defensiva y mediocampo

Di María se aprovechó de ello en el segundo gol para rematar desde la frontal del área totalmente liberado. La línea de 3 centrocampistas (James, Casemiro, Kroos) saltaban a la presión parisina a la vez, sin escalonarse y provocaban a menudo que con un simple pase superaran toda la línea media madridista.

Presión descoordinada

El Real Madrid comenzó el partido llevando un comportamiento homogéneo, ya que cuando perdían el balón replegaban y se asentaban en un bloque medio. Sin embargo, ante el primer gol de Di María, el equipo se descoordinó. Saltos de James y Kroos al mismo jugador, línea defensiva que se quedaba replegada, mediocentros colocados en la misma altura… El Real Madrid en vez de poner en problemas al PSG cuando presionaba, se ponía a sí mismo y provocaba situaciones en los que los parisinos pudieran conducir de cara ante la línea defensiva blanca.

Mendy aislado

La banda izquierda del Madrid sufrió muchos problemas. Ferland Mendy estuvo en una continua inferioridad. Hazard apenas bajaba a defender, lógico al ser el jugador más talentoso del ataque madridista, pero Kroos no llegaba a ayudar. La secuencia era la siguiente: cambio de orientación hacia Meunier, Mendy tenía que salir a su paso y Di María aprovechaba para caer a su espalda o pedir a la espalda de Kroos (la distancia entre defensas y mediocampo de la que hablábamos antes). De esta manera el París Saint Germain encontró una vía para hacer daño al equipo madridista.

Delanteros desconectados

Ni Benzema, ni Hazard, ni Bale, ni Jovic. Ningún atacante madridista entró al partido. El Real Madrid en ataque fue totalmente inoperante, incapaz de hacerle llegar balones en condiciones a los atacantes madridistas. En la segunda parte, donde el PSG cedió más balón al Real Madrid, la situación fue especialmente dramática. Ningún movimiento permitió a los atacantes recibir y encarar. De hecho, ni en los contraataques el Real Madrid pudo encontrar a sus atacantes, ya que Benzema estaba muy solo, mientras que Hazard y Bale demasiado atrás, por lo que al Madrid le costó horrores estirarse.

Salida de balón sin progresión

Kroos estuvo muy solo en la salida de balón. Los jugadores del Real Madrid apenas se escalonaban ni tenían movilidad. Mucho movimiento vertical, que acabó con James prácticamente de delantero, pero nula ocupación de los espacios­ que podían liberar James y Casemiro, que tampoco es que fueran muy dinámicos en ello. El Real Madrid salía con 3 jugadores en la segunda parte, con Kroos, Militao y Varane, sin ninguna verticalidad. Los pases entre Kroos y Varane fueron constantes y al alemán se le vio desesperado buscando a Hazard entre líneas, el único posible receptor que era anulado por el PSG. Esto hizo que el alemán tuviera muchos pases erróneos, incluido uno a James que provocó una clara ocasión de Di María que marró la vaselina.

Militao debuta ante el PSG en París

Era una evidencia que el brasileño tenía que jugar de partida ante el PSG ante las sanciones de Ramos y Nacho. Lo que no tuvo demasiado sentido es que llegara a un partido tan duro con un bagaje de 30 minutos en el último partido de liga ante el Levante. Es cierto que Militao llegaba de jugar con Brasil, con el desgaste físico que ello implica, pero pudo tener su oportunidad en otro partido de liga previo. El brasileño estuvo correcto en los duelos, no fue fácil de superar, pero se le vio algo despistado cuando tenía que salir de zona, como en el primer gol de Di María donde no cierra. Quizá si hubiera entrado en dinámica competitiva antes, estos problemas de coordinación los hubiera saldado. Pero nunca se sabe.

Sin mediocentros en el banquillo

Al igual que el año pasado la plantilla del Real Madrid tenía una clara escasez de gol, este año tiene una clara escasez de centrocampistas. La alineación fetiche de Zidane siempre ha sido un 4-3-3, con un pivote (Casemiro) y dos interiores (Kroos y Modric). Incluso en la temporada 2016-2017 mutó hacia un 4-4-2 con rombo en ataque para dar entrada a Isco ante la ausencia de Bale. Sin embargo, desde esa temporada, el Real Madrid ha visto marcharse a Marcos Llorente, Ceballos y Kovacic y solo ha entrado Valverde, lo que provoca que para tres puestos, el Real Madrid solo cuente con 4 jugadores. Isco y James nunca han convencido como interiores a Zidane, hecho que provocó la marcha del colombiano y que tuviera que cambiar el sistema para dar entrada al malagueño. Esto se pudo ver en el partido de ayer, que cuando el cafetero tuvo que ser sustituido no pudo dar entrada a otro jugador en el medio ni aunque el francés hubiera querido, y ni digamos ya si Casemiro y Kroos hubieran sufrido algún percance. La plantilla del Madrid cojea…

4-2-4 infructuoso

Ya lo puso en práctica ante el Valladolid. Con Bale y Vinicius a banda natura en el caso de los vallisoletanos, mientras que ayer fue el turno de Lucas Vázquez y el brasileño. Además siempre suma para la causa a Jovic, un gran rematador. Aunque en ataque, cuando llega, el Real Madrid genera peligro con centros laterales (gol anulado a Benzema), le cuesta horrores hacerse con el peso del partido. En vez de sonar el toque de corneta y que el Real Madrid encierra al rival a base de envíos laterales, el Real Madrid pasa a perseguir el balón y no olerlo. Esta situación ya se vivió ante el Valladolid, a pesar del gol de Benzema, y contra el PSG pasó más de lo mismo. Desde la puesta en marcha del 4-2-4 el Real Madrid solo persiguió sombras y el PSG jugó a su antojo.