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Año nuevo, ¿Sporting nuevo?

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Eduardo Grenier.- Inconcebible como la vida sin fútbol es ver al Sporting tan rezagado en la tabla de la Segunda División. Andan con la cabeza gacha y las ilusiones cortadas, pero si algo saben los fieles devotos de la religión rojiblanca, es que Mareo nunca muere y allí, donde tantos grandes han esculpido su leyenda, volverán las noches de primerísimo nivel más pronto que tarde. Tienen talento, que no es poco, y tienen además la estirpe, un rasgo invaluable en cualquier entidad.

Hace pocos días el club anunció en sus redes el despido de José Alberto López y con ello puso fin a un período marcado por la irregularidad bajo la égida del técnico asturiano. Hombre de la casa, formador de jugadores en las inferiores durante muchísimos años, la confianza depositada en él representó un canto a la historia del Sporting. Primero Mareo, luego el resto. Sin embargo, por diversas cuestiones los resultados lastraron el proyecto.

Y así, con este panorama gris, llegó el parón de fin de año. Las máximas autoridades del conjunto asturiano han decidido reflotar su barco y para ello han escogido, probablemente, al mejor de los timoneles: Miroslav Djukic, hombre de temperamento y sensatez, conocedor como pocos de los entresijos del fútbol español y dueño de una concepción táctica que viene como anillo en el dedo del equipo de Gijón.

Con Miroslav al frente, muchos evocan ya su gran Valladolid, que arrasó por la Segunda División y luego logró permanecer en Primera sin demasiados contratiempos. Aquel Pucela representa la imagen viva del fútbol de Djukic: solidez atrás y pleno aprovechamiento de las bandas. Un esquema que, en todo caso, constituirá el primer reto durante su desembarco en el Molinón. Con lo que tiene y lo que pueda “pescar” Miguel Torrecilla en el mercado de invierno, el serbio afronta la difícil faena de llevar al Sporting a los puestos de play off.

Parte con desventaja. La matemática es así de rígida. Los ánimos, además, no son precisamente agradables entre la afición. La gente pide triunfos y los últimos tiempos no les han acompañado precisamente de sonrisas. No obstante, Djukic tiene una plantilla de talento probado cuyo rendimiento dependerá del empujón anímico que pueda darle. Tiene bien cubiertas casi todas las líneas (quizás en las bandas esté su principal dolor de cabeza) y deberá trabajar fuerte para mejorar la producción de goles.

Importantísimo será, con toda seguridad, Manu García, el mediapunta más codiciado de la categoría, o Djurdjevic, cuya eficiencia de cara al arco será un termómetro en los resultados. El centro de la defensa tiene figuras de renombre y en el arco está Mariño, portero sobrio que deberá andar con cuidado ante el empuje de Christian Joel, un joven cubano con condiciones espectaculares para dar el salto muy pronto. Con esto y la mano de Djukic, viejo zorro en estos menesteres, afronta el Sporting el 2020. Año nuevo, nueva imagen, dirán algunos en la bella ciudad de Gijón. Esperemos.