Javier Muñoz.- Al Unionistas de Salamanca, entidad que se reconoce como “club fundado en homenaje a la histórica ya extinta Unión Deportiva Salamanca”, le tocó el gordo en el bombo de los 1/16 de la Copa del Rey, y esa bola no es representada por otro emparejamiento que con el todopoderoso Real Madrid. Sin nada que perder afrontan este irrepetible encuentro, tras eliminar en la tanda de penaltis a otro histórico como el RC Deportivo de la Coruña.
No obstante, aunque en la gran mayoría de casos este tipo de situaciones se suele traducir en casi todo su contexto a fortuna económica por todo lo que genera, este club, que tal y como entienden el fútbol, es íntregramente de sus socios con el único fin de los valores del “fútbol popular”, lo perciben desde el punto de vista única y exclusivamente emocional, para juntarse los mismos fieles que cada sábado animan al equipo. Y tanto es así que han renunciado a todos los efectos del encuentro que a cualquier otra directiva les hubiera resultado irrechazable, como jugar en el mismísimo Bernabéu más la generosa cifra de 500.000€.
Debido a un tema mucho más complejo por cuestión de máxima rivalidad, tampoco aceptaron hacer un taquillazo con 17.300 espectadores en el histórico Helmántico, frente a las 4.000 localidades (sin posibilidad de ampliar con gradas supletorias) que alberga la que ahora es su casa, Las Pistas del Helmántico, donde son fieles a su modesto hogar porque reafirman que “los valores no se venden”. Por eso, tampoco les preocupa dejar a un lado la ya sabida repercusión que desprende el titánico Real Madrid, así como disponer de más facilidades en todos los aspectos. El problema es que ese estadio que durante nueve décadas fue suyo, tras ponerse a la venta lo adquirió a cambio de 1.000.000€ el mexicano Manuel Lovato, dueño del eterno rival Salamanca UDS tras comprar los derechos y recuperando así símbolos de la Unión Deportiva Salamanca, como el escudo y el himno.
Entre ambos recintos apenas hay 100 metros de distancia, mucha menor que la distancia ambiental que se respira en la ciudad entre unas directivas que rompieron relaciones y sus respectivas aficiones, por el hecho de que cuyas maneras de ver el fútbol se encuentran en las antípodas entre sí, reflejadas en esclarecedores lemas como: #NuncaNosFuimos o #UniónSoloHuboUna. Una rivalidad que alcanzó cotas hasta ahora inesperadas, y por la que no se llegó a un punto intermedio para que el partido se disputase en el lugar insignia para el fútbol de la ciudad. Pese a todo, no es la única razón por la que el Ayuntamiento de Salamanca estuviera interesado en que el encuentro se disputase en el Helmántico, puesto que Las Pistas carecen de licencia de actividad y, finalmente, ha sido Unionistas el que se ha visto obligado a invertir de su propio presupuesto para adaptar la iluminación requerida por la Federación Española de Fútbol.
Después de todo y bajo las mencionadas circunstancias, una visita del club blanco a la ciudad charra casi 21 años después, ya que la temporada 1998/99 fue la última en la que la UDS disputó la Primera División. En aquel encuentro del 25 de abril de 1999, con el mítico John Toshack en el banquillo madridista, ambos conjuntos firmaron un empate a 1-1 (Raúl y Corino, los anotadores). Aquella vez, sí fue en el Helmántico, lógicamente, donde probablemente pasen muchos más años para que el conjunto merengue vuelva a visitarlo vestido de corto. Y es que, para desgracia del fútbol salmantino, 20 años no son nada más que un parpadeo de melancolía, porque aquellos tiempos elitistas en el Helmántico con el trasfondo de una ciudad unida, por ahora ni se vislumbran ni parece que nada vuelva a ser como antes.
Follow
