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La desilusión se apodera de Jaén

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Juanma Espinosa en la derrota de su equipo ante el Torreperogil (Real Jaén CF)

Siguen trascurriendo días difíciles en la capital del Santo Reino. Del caos al esperpento hay un solo paso, y el Real Jaén ya lo ha dado. Un insignificante apretón de manos ha vuelto a anestesiar a una afición que comenzaba a despertar. Todo estaba planeado.

El Real Jaén ya ha llegado a la azotea del edificio de las locuras. Cuando parece que la situación no puede ir a peor es solo el primer paso de un ridículo en la Casa Blanca. Lo peor de todo es que la discordancia ya se ha apoderado de la pelota, ahora sí que la desilusión ha llegado a Jaén.

Tras la derrota del Real Jaén ante el Torreperogil el pasado sábado en La Victoria, la situación deportiva se ha complicado a grandes niveles al verse mucho más lejos los puestos de play off que ya rozaba el equipo blanco. Un modesto equipo que, tan solo había ganado un choque como visitante en esta temporada, sacó los colores a un Real Jaén sin alma. Un equipo que atraviesa su segunda etapa de pretemporada en esta caótica campaña debido al baile de jugadores en la plantilla.

Es más que evidente que la salida y llegada de futbolistas al club ha dejado un plantel con carencias y con menos calidad de la que había. La fortaleza y seguridad que ofrecía el Real Jaén de Alberto González en la medular del juego se ha ido esfumando hasta dejarnos un equipo vulgar. Vienen tiempos difíciles para el cuadro de Jaime Pérez. La presión cae como una inaguantable losa sobre la espalda de una afición maltratada año tras año.

Queda una semana complicada con seis puntos en juego. Quizás, sea la semana en la que el Real Jaén se despida de toda aspiración por luchar en la fase de ascenso, o bien, la semana en la que la afición vuelva a confiar en sus jugadores, únicamente en los protagonistas del verde. Melilla y Vélez esperan.

La llave está en Membrado

La solución para que este desastre acabe es más fácil de lo que parece. De poco sirve gritar contra el témpano Rodríguez en el palco si su señor está  tomando ,mientras, el té tranquilamente. Andrés Rodríguez solo se ha molestado cuando el nombre de Tomás Membrado ha salido a la palestra. El presidente dice que está cansado, que no quiere continuar. Pero se sigue aferrando al sillón.

La afición puede recuperar las llaves de la entidad solo y cuando Membrado y su broquel terminen de hacer las maletas. Solo queda cerrar la cremallera, pero para ello hay que meter prisa.