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La bases sobre las que se alzó el balonmano de élite en Jaén

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ADA equipo Provincial: Pradas, Del Moral, Tomás Garzón, Solana, Álvarez,, Antón, Conejo, Carrascosa, Ortega y Quique

La historia del Balonmano de élite en Jaén arrancó con un ascenso a Primera División. Antes hubo, sin embargo, una base que se movía casi en el anonimato. Se trataba de una «empresa de ilusiones» cuyo único capital lo constituía la afición de un grupo de jóvens por este deporte «de colegio». El balonmano tenía poca repercusión entre los aficionados al deporte, casi todos estaban vinculados al fútbol.

Jugadores, técnicos y aficionados, en balonmano, eran una familia. Excelente relación pero número muy reducido. Pura vocación, «amor al arte». Pese a las dificultades, aquellos quijotes del balonmano fueron el germen de algo grande que, poco a poco, sacudió los cimientos del deporte en Jaén y se convirtió en un motor para la alegría y la autoestima de la ciudad y de toda la provincia. Si hacemos un poco de arqueología y estudiamos esa época del balonmano en Jaén, encontramos memoria de unos profesores que, en colegios e institutos, hacían proselitismo para llevar a su terreno a los jóvenes estudiantes y ganarlos para el balonmano.

La semilla del balonmano en algunos centros educativos, gracias a los profesores, fue fértil y abrió paso a algunas aventuras como la del Coosur que jugó la liga provincial. El Coosur estuvo dirigido muchos años por Justo Robles y en su época final por Manolo Ortega, hombre muy importante en el desarrollo del Balonmano en Jaén y en la provincia. Manolo es un referente para cualquier aficionado al balonmano.

Aquella Liga provincial tenía representación en muchos pueblos de la provincia Don Bosco en Linares, SAFA en Úbeda, Balonmano Bailén, Torreperogil, La Carolina. Había un semillero que procedía de los patios asfaltados de los colegios pero que logró, por razones fáciles de entender, servir de cimientos para aventuras mayores. Incluso el Coosur en la capital terminó por disolverse para dar paso al Balonmano Jaén. En aquel equipo ya aparecían juntos muchos de los nombres que fueron el principio de todo. Justo Gámez llegó a Jaén y buscó en este grupo de jóvenes jugadores de balonmano un campo para sembrar los conocimientos de una de sus Maestrías, la de balonmano. También tenía la de Judo…pero se inclinó por la primera.

Paco Espejo, Delegado de equipo en todas las etapas, entre Pradera y Gámez

Los nombres que formaban aquella cantera/motor son muy conocidos para el seguidor habitual del balonmano en Jaén: Barrios, Cerezo, Zugastí, García Molina, Pradas, Pedro del Moral, Luis Álvarez, Quique Conejo, Tomás Garzón, Manolo Ortega o Manolo Carrascosa que estuvo en casi todas las funciones. Manolo fue entrenador de categorías base, jugador y vicepresidente del club. Eso le hizo conocer las entrañas de aquella aventura, de primera mano.  Luego, imprescindible y Delegado Universal para todas las secciones, Paco Espejo. Una de las personas que más amor han demostrado por el Balonmano en Jaén.

Aquel grupo constituyó el Balonmano Jaén. Se repartieron papeles y cargos. Todo quedaba en casa. Ese equipo iba a poner las bases logrando un ascenso histórico a Primera División. El valor de este grupo, quizás, no se ha reconocido bastante. Sin embargo son parte fundamental, primero por el ascenso y luego porque, unos en el primer equipo y otros entrenando y jugando en el “provincial”, participaron en el sostenimiento de la nueva estructura deportiva. Además, sus casas, fueron las casas de los que llegaban y sus familias, las familias de Jaén para aquellos jóvenes que venían de toda España a sumarse a un sueño que, juntos, hicieron realidad.  

Ahí empezó el camino hacia aquellos días que tendrían que venir. Cuando Jaén era un clamor en La Salobreja logrando que los equipos más potentes del balonmano nacional, sufrieran para ganar o perdieran ante un equipo que deslumbró por cómo se había construido y por cómo se había metido en el alma de la ciudad. Si miramos con atención encontraremos que las bases fueron las mismas. Los materiales empleados desde  el principio fueron siempre los mismos: Balonmano, fe y amistad. No falla.