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Luis Rubiales: Lo niego todo

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Luis Rubiales

El paso lo marca Geri. Luis Rubiales va por la senda de Piqué. Todo es legal. “Rubi” encapsula el problema en la substracción de los mensajes y los documentos. Se reconoce víctima y solo víctima, esgrimiendo una serie de supuestos que pueden convertirse en un atentado contra él y su honorabilidad. Ese es el cortafuegos del presidente de la RFEF. Todo lo demás lo considera beneficioso, normal o relativo.

Otra vez, como en el caso del futbolista, ni asomo de sonrojo por la burda operación de reparto, el señalamiento de beneficios, la amoralidad en la relación futbolista/presidente y por los atajos para conseguir dinero o una convocatoria para los JJOO.

Para Rubiales y Piqué el mundo está equivocado y ellos son víctimas de una “confabulación judeomásónica” que en absoluto entienden, porque lo que ellos hacen es dar brillo y esplendor al fútbol español y a los derechos humanos en Arabia. Cinismo de Primera División.

Lo peor es que esto pueda dejar de tener carácter de alarma dentro de unos días y que ambos sigan usando su código ético particular, sus interpretaciones singulares de la realidad y en privado, conociendo el tono de las conversaciones, mofándose del mundo que, estupefacto y resignado, les señala.

Han decidido que no hay conflicto de intereses porque sus intereses son los mismos, paralelos y claros. Ni chocan ni chirrían, producen. Desprecian el sentido universal de ese concepto porque desprecian el criterio de la gran mayoría de afectados.

Lo indiscutible es que han plantado en el fútbol español la cizaña de la duda más corrosiva. Eso significa que ya no habrá paz para nadie. Ni para aficionados, ni para comisionistas ni para un presidente que en el pecado, de momento, solo lleva la penitencia del peor de los descréditos.