Inicio 1ª División Las tribulaciones de Bordalás en la Corte de Peter Lim

Las tribulaciones de Bordalás en la Corte de Peter Lim

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José Bordalás lo tiene complicado. La primera partida que tuvo que jugar el entrenador en Valencia fue en los despachos y la perdió desde pretemporada. No ha sido ni el primero ni el único ni será el último allí. Al ir al Valencia CF era consciente de la estrechez de miras futbolísticas del patrono para el que iba a trabajar sin embargo, ante la llamada de un histórico, no se puede decir que no. Alguien dirá que medió y mandó el dinero, puede ser, pero pocos entrenadores que vienen de abajo hacia arriba se pueden resistir a una llamada así, incluso sin que haya necesariamente un incremento espectacular en su contrato. Hay otros argumentos.

Bordalás llegó al Valencia CF confiando en las promesas de apoyo y las reestructuraciones positivas. Tardó poco en comprender que los milagros no existen. Ya en los primeros compases de la temporada empezó a entrar a la sala de prensa con el gesto torcido y mordiéndose la lengua para todo lo que no fuera fútbol. Entonces ya era plenamente consciente de que tropezaba con un muro.

La temporada ha sido, cambiando lo que haya que cambiar, muy parecida en sufrimientos por falta de recursos deportivos, a la que vivieron sus antecesores inmediatos bajo el mando de Peter Lim. Dilaciones, excusas, medias palabras, ausencia de empatía y recursos fundamentales en venta. 

El equipo valencianista ha sobrevivido en La Liga como ha podido. En una competición en la que prima la regularidad es difícil competir si perteneces a una «empresa» tan desaplicada a la hora de apuntalar con solvencia la plantilla e incapaz de mantener la paz social.

Bordalás, sujeto paciente, y sus jugadores se agarraron a la guerra de guerrillas que es la Copa del Rey y creyendo firmemente en ese objetivo alcanzaron la final. El desenlace ya lo conocen. Los penaltis. Luego están la idea, la teoría y la praxis. Para gustos, colores.

Se abre ahora la interrogación final. ¿Las partes se soportan como para seguir juntas el año que les queda? El técnico valencianista no es de los que abandonan. Sin embargo la propiedad sabe que el entrenador ya no cree en promesas y quizás lo más sencillo es abonar la penalización y buscar otro técnico sin la confianza rota y dispuesto a creer las mismas promesas en las que ya confiaron otros. De todas formas lo deseable pero, tan ideal como quimérico, sería un Valencia CF con Bordalás y “Libre de Lim”.