Inicio Opinión Antonio Oliver El fútbol le cambió el guion pero Andrés no se rinde

El fútbol le cambió el guion pero Andrés no se rinde

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Andrés, con el amarillo de la U.D. La Guardia

Hace unas semanas empezaba a rodar la pelota en las competiciones provinciales y los pueblos recobraron la liturgia dominical que rodea a un partido de fútbol. En La Guardia, el equipo local se estrenaba frente al Martos Unión CF.

La «vuelta a clase» estaba rodeada de los nervios propios del primer día, de los últimos ajustes en el campo y en el equipo. Se notaba esa tensión que recorre el cuerpo de jugadores, entrenadores y aficionados los días de estreno. Todo listo para otro curso.

El partido no había alcanzado ni el ecuador de la primera parte cuando, de la forma más común y más dañina, un jugador del equipo local se producía la lesión de rodilla más seria de este deporte (ojalá que el diagnóstico final rebaje la gravedad). 

Andrés Calzado Chica es de Jaén, informático, tiene 26 años. Futbolista desde que tiene uso de razón. Ha pasado por todos los clubes capitalinos de fútbol base: Peña Deportiva «Real Jaén», At. Jaén e Inter de Jaén. Ha jugado en el Torredelcampo y ahora es jugador de la U.D. La Guardia.

Andrés tenía una motivación especial para el primer partido de esta temporada. Quería jugar, marcar y dedicar. Ese era el guion que el jugador había escrito pero el fútbol quiso cambiarlo todo y mostrar su cara más amarga. El fútbol, más adelante, le devolverá en alegría este mal trago. Eso es seguro.

En un lance sin mediación de rival, la rodilla de Andrés «crujió» de una forma severa y produjo un chasquido que una vez escuchado no se olvida jamás. Es la protesta de un ligamento muy dañado. Andrés lo cuenta así:» Llevo mucho tiempo jugando al fútbol y, al momento, supe que eso no me había pasado nunca y que lo que fuera no era bueno». . 

Se probó, lo intentó y a los veinte minutos de juego salió del campo pero no se produjo el cambio. Calzado pidió remedios en el banquillo para atenuar el dolor: «Ponme una crema o lo que sea que salgo otra vez». El esfuerzo y la insistencia de Andrés no hubieran tenido mucho sentido si no fuera por algo que tiene más que ver con el cariño que con la necesidad de competir en ese momento: «Era un partido muy especial porque estaba toda mi familia viéndome pero sobre todo estaban mis abuelos y quería jugar para ellos. No podía irme sin intentarlo otra vez pero cuando volví al campo la rodilla no podía más y ahí se acabó»

A su abuela Iki y al abuelo Pepe no les importa que no pudiera dedicarles un gol. Solo están preocupados por la rodilla de su nieto. Habrá más partidos. El nieto volverá y ellos estarán ahí para verlo.

Andrés, para tranquilidad de todos, rebaja el drama y ya se prepara para atacar su operación. Antes, dentro de un par de días, conocerá el alcance definitivo y a partir de ahí un proceso largo de recuperación: «Esta temporada sé que se ha terminado pero volveré a jugar en cuanto me recupere. No tengo ninguna duda»

Es la moral de un jugador de fútbol, no importa la categoría. Ama este deporte y quiere volver porque es su mundo, el mundo al que pertenece y del que ha recibido apoyos y cariño: «La verdad es que mucha gente ha estado cerca de mi estos días. Compañeros, entrenadores, rivales, todos me han ayudado a pasar los primeros momentos y eso eleva la moral y me permite tomar fuerzas para lo que viene. Mi empresa se ha portado fenomenal y siento que, en general, todo el mundo del fútbol me ha ofrecido su apoyo. Es muy gratificante».

Son historias de fútbol en las que, si hablamos del fútbol de verdad, siempre prima el corazón y el sentimiento de equipo. Un equipo hecho de un corazón con todos los escudos y una camiseta, la piel de todos con todos los colores. 

Andrés volverá a jugar porque hasta que no lo haga no volverá a sentirse bien del todo. Eso va pasar. Palabra de Fútbol.