Fernando Alonso ha quedado segundo en Monza; sigue segundo en mundial, por delante de su compañero, que es segundo en Ferrari. Segunda escudería del mundial. Y ha quedado delante de Webber, que es el segundo piloto de Red Bull.
Pero todo ello no basta en Monza, la casa Ferrari; Barsa Vettel ha ganado en casa de R. Madrid Alonso, y encima dando un carpetazo casi definitivo al mundial: ni el plano que ha hecho el alemán con uno de sus neumáticos al inicio de la carrera le ha mermado. Fernando, arropado por miles de almas rojas, ha luchado hasta la saciedad, ha realizado un adelantamiento casi mítico a Webber, después de superar a Hulkenberg en la salida y darse un paseo para hacer lo propio con Massa, benditas órdenes de equipo, ahora. Pero el alemán parece que tiene algo, tiene algo más que hace que juegue con sus rivales, carrera tras carrera: pole, salida mediocre pero suficiente para permitirle marcharse, y segundo a segundo, lograr su objetvo. Ya resulta fiable el Red Bull, por lo que el mundial, salvo sorpresa mayúscula o fallo garrafal del alemán, tiene alas. Pero en Monza, en Italia, en la casa del Cavalino, el alma Ferrari ha vuelto a mostrar la pasión de la Fórmula 1, y han amado a su latino asturiano. Lo aclaman, reconocen su poderío, su talento, su fuerza. Segundos ya somos, sólo nos faltan segundos…para ser primeros.
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