Inicio Copa del Rey Un ordenado Celta castiga la apatía blanca (1-2)

Un ordenado Celta castiga la apatía blanca (1-2)

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La victoria parece haber abandonado a Zinedine Zidane cuando llega la época del todo o nada, cuando se encara un mes crucial en el devenir de la temporada, donde lo bélico entra en juego en forma de partidos que te pueden apartar de conseguir títulos. Lo mismo le pasó a Rick en Casablanca, pues cuando Ilsa Lund vio que la entrada de los alemanes en París era inminente abandonó al carismático Humphrey Bogart, que parecía, pese a su cinismo, prometerle lealtad y amor eterno. Las victorias llegarán, -igual que también volvió Ilsa a por el salvoconducto-, pero estas dos derrotas demuestran al entrenador blanco que las flores también se marchitan, y que la suerte, mezclada con talento individual y el olfato ofensivo, no es siempre la fórmula necesaria para ganar. Y es que, pese a encadenar 40 partidos invicto, estas dos derrotas son un claro punto de atención para un equipo que, pese al impresionante guarismo, no ha desarrollado un buen fútbol y se ha mostrado vulnerable en gran parte de la temporada.

Un Celta de Vigo serio y ordenado se plantó en Concha Espina y se llevó la victoria en un campo en el que nadie vencía desde el pasado mes de marzo, cuando el Atlético de Madrid lo hizo en Liga. Además, los de Berizzo lo consiguieron sin realizar un gran fútbol ni cuajar un partido perfecto: simplemente, se aprovecharon de los fallos defensivos del rival y mantuvieron un bloque ordenado durante todo el encuentro. No se debe, por consiguiente, restar ningún mérito al equipo gallego que atraviesa un momento de temporada dulce: vienen de encadenar una muy buena racha liguera y de eliminar al Valencia en Copa, tras humillar al equipo de Voro en Mestalla (1-4).

Pero el resultado se debe explicar por el demérito del equipo blanco. Zidane alineó un «once» de garantías, con más titulares, a priori, que en los dos partidos coperos ante el Sevilla. Eso sí, puso de titular a Danilo. Cuando el lateral brasileño está sobre el césped, además de jugar los blancos con un hombre menos, el rival dispone de uno más, pues da tantas facilidades al contrario que su disposición sobre el terreno es una losa mayúscula para sus compañeros. Fichado del Oporto por 30 millones, sus méritos en el Real Madrid se reducen a llegar puntual a los entrenamientos, y no ha llegado a cuajar un partido notable en lo que se alarga su estancia en Chamartín. Ayer hizo un partido en su línea: patoso con el balón en los pies, inerte en las incorporaciones en ataque, y despistado en defensa. De un fallo en su marca llegó el primer gol vigués. Radoja abrió el balón a la banda en la que se encontraba Theo, que condujo bien el esférico hasta llegar a los pies de Aspas, que batió a Kiko Casilla.

Hasta este momento, el Real Madrid había merecido batir la meta de un gran Sergio, pero todas sus ocasiones venían del empuje y no del juego centrado, de centros lejanos desde los laterales y no de ocasiones elaboradas. El 0-1, no obstante, embotelló más al cuadro de Berizzo. De ese modo llegó el tanto de Marcelo, tras un centro de Modric despejado por Hugo Mallo, que el brasileño introdujo en la red de un fuerte disparo. El lateral fue, junto a Modric y Asensio, de los pocos salvables sobre el verde. En defensa no se hicieron las cosas bien y arriba, Cristiano Ronaldo, sigue demostrando que está a años luz de ser aquel jugador determinante que fue: su imagen es lastrado por la cantidad de quejas y aspavientos que acomete. Y es que, protestó tanto en el partido de ayer que es probable que le echase en cara al árbitro la subida del precio de la luz llevado a cabo por el Gobierno en plena ola de frío.

Pero ni un minuto duró la alegría del gol en la casa blanca. Lo que tardó Lucas Vázquez -raro en él- en tener un enorme fallo de concentración y perder el balón en su campo. El balón le llegó a Jonny que se plantó solo ante Casilla y al que batió sin ninguna dificultad. Era el 1-2 definitivo. Se esperaba una avalancha merengue para intentar remontar el encuentro, pero no ocurrió nada. Benzemá, ayer suplente, mandó el balón a la ría de Vigo cuando lo más fácil hubiese sido meterla en uno de los últimos lances del encuentro. Y ahí se acabó todo. El Real Madrid tendrá que remontar en Galicia si quiere acceder a cuartos de final. Algo que, a la postre, parece muy difícil si no se juega mejor. Al menos, los pocos aficionados vigueses llegados a la Castellana nos deleitaron con este temazo cuando John Guidetti salió al campo. ¡Qué viva Johnny G!

Real Madrid 1 – Celta de Vigo 2 // Copa del Rey

Aspas (63′)

Marcelo (68′)

Jonny (69′)