El Real Madrid de Santiago Solari, el día en que el argentino se peleó con Isco, ganó 0-2 en la fase de grupos en el Olímpico de Roma. Era el final de 2018, y nadie imaginaba la galopante crisis que esperaba, aún más, al equipo, y que desembocó en el ridículo que fue toda la temporada pasada.
Menos de doce meses después el equipo blanco ha vuelto a Roma, en un amistoso, y pese al empate cosechado, las dudas siguen campeando a sus anchas. Han llegado Hazard, Jovic o Mendy, y aún se espera algún fichaje galáctico. Eso insuflaría ilusión al aficionado merengue ya que, tras la errante pretemporada, todo el mundo tiene la sensación de que aún queda mucho por mejorar.
Fue el Madrid un coladero en numerosos tramos, y aunque tuvo muchas ocasiones, se debió a que la AS Roma también lo fue. Asó anotó el 0-1 Marcelo, pero rápidamente empató Perotti. Volvió Casemiro a establecer el 1-2, pero ni un minuto después, Dzeko ya había empatado.
En los penaltys, por lo demás, la suerte no cayó del lado merengue y los italianos se llevaron el trofeo. Todos metieron sus lanzamientos, excepto Marcelo, que tiró al larguero el quinto y definitivo. En seis días espera el Celta de Vigo, en Balaídos.
Fotografía: Realmadrid.com
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