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isco madrid bilbaoJosé Manuel Ríos Corbacho
Profesor de Derecho penal de la Universidad de Cádiz
Director del Forum de Derecho, Ética y Deporte de la UCA

El de Estambul fue un día grande para el madridismo en general y para Isco en particular. Si, es cierto, no es el primer día que el del “Arroyo” la lía “parda” en Champions. La pasada temporada tuvo como víctimas al Oporto y si, la diosa fortuna hubiera estado con los de “martiricos”, y el árbitro con la diosa de la justicia, también hubiera caído el todopoderoso Borusia de Dortmund de Jürgen Klob. Pero esta Liga de Campeones es diferente, no es lo mismo ser el crack del Málaga, con todos mis respetos y desde el cariño, que en el Real Madrid donde hay un equipo de 500 millones de Euros. Desde luego, Francisco mide sus actuaciones por espectáculo puro más propio del Circo del Sol que de una realidad efímera como son los 90 minutos de un partido de fútbol. El escenario no era el más adecuado pues el “Alí Sami Yen” de Estambul no es el teatro de los sueños de Manchester, es un estadio infernal donde el aficionado del Galatasaray, seguro que toma espinacas como Popeye para estar fuerte y crear un ambiente ensordecedor y estridente para el equipo rival.

Un gran amigo, Adolfo Rey, sabio del fútbol, me dijo no hace mucho que para jugar en el estadio Santiago Bernabéu hay que ser sordo. Efectivamente, parece que Isco está peor que Doña Rogelia y que tiene que usar trompetilla porque el chico juega como los ángeles y lo demuestra en estadios con más presión que Chamartín como son estos campos de batallas futbolísticas de los infiernos griegos. Esta exhibición, que no es la primera, fue un despliegue de apoyos a los compañeros, desmarques en diagonal entrando por detrás de los centrales por banda izquierda, su banda natural, regates, pases mágicos que me recuerdan la reencarnación de Laudrup ( y si me permite el lector taurino, aunque yo no lo sea y me meta en morada ajena, al más puro estilo de Curro Romero donde hay veces que te dan ganas de apagar la televisión para quedarme con el recuerdo de esa acción mágica que hace el de Benalmádena), dueño del último pase en el Bernabeu hasta que llegó el malagueño, a excepción de las pinceladas de Guti, más pendiente de pasar el balón en la noche madrileña que en el tapete verde, sin desmerecer, todo lo contrario, la clase que tenía, digna de un virtuoso de este deporte y que también apareció hace años en un partido de chavales de su pueblo con una camiseta del Barsa que le había dado la peña Barcelonista sin que se hiciera ningún comentario, ni se dudase de su trayectoria blanca, e incluso Alfonso Pérez que cuando llegó a Barcelona dijo que la ilusión de su vida era jugar en el Barsa y, a día de hoy, juega con los veteranos del Real Madrid.

Desde luego, el fichaje de Isco por el Madrid, ha sido baratísimo, pero no porque Bale haya costado más de 90 sino porque su rendimiento, cuatro goles en cinco partidos oficiales y ese repertorio de últimos pases que van a hacer bueno hasta a Benzemá, pese a que el francés no quiere, junto con los controles, como el de ayer, utilizando el trasero al estilo del Turu Flores, hacen que sea imposible quitarle la pelota, tanto que parece que el balón se lo han echado los Reyes Magos.

Pero, en mi opinión, la llegada de Bale, como no puede ser de otra manera, va a llevar, en condiciones normales, a Isco a la media punta de toda la vida, a la del jugador que se encuentra detrás del delantero centro, puesto que Ronaldo entrará por la izquierda y el galés por la derecha a pierna cambiada (los dos son pegadores y buscan la mejor opción de su pierna buena para el disparo a puerta entrando en diagonal hacia el centro); de lo que se trata es de que no se va a profundizar por las bandas como auténticos extremos; no son los “Lobo Carrasco” y Marcos de los 80, además, que tiene a dos laterales de perfil muy ofensivo como Carvajal y Marcelo. Aunque si como dicen Llorente viene en Diciembre, quizá fuera bueno ver a Di María o Bale por banda izquierda y a Ronaldo por derecha, porque recuperar a Gordillo y Michel se me antoja harto difícil.

Pero quien puede ser la gran revelación, junto con el 23 del Madrid, es Asier Illarramendi. Todos confiaban en él pero no ha sido hasta ahora, por una desafortunada lesión, titular. Sin duda alguna, Illarra, cuando llegó a Madrid, tenía un oído finísimo y ahora también empieza a quedarse “sordo” como una tapia. Me da la impresión de que es un jugador timón en el medio campo con mucho criterio en el pase y apoyo a los compañeros, busca siempre en la ayuda el dos contra uno para combinar y desahogar al socio  futbolístico y, junto a ello, sale a la presión en la creación del juego contrario con lo que ayuda mucho al sistema defensivo (aun no en plenitud) de su equipo. Creo que si Asier sigue así, el año que viene puede estar Kedira, como recuperador y trotón del medio del campo, y Xavi Alonso como maestro y guía del de Motriku en la casa blanca, dispuestos para un largo periplo por la premier. De esta manera, los pases de cuarenta metros que antaño realizaba Schuster, y luego Xabi Alonso pueden tener su heredero y no que ahora, en detrimento del tolosarra, los hacía el bueno de Sergio Ramos desarrollando un fútbol demasiado directo propio del tétrico “trienio portugués” del Special One donde el Madrid en las semifinales de Champions no pasaba del centro del campo en el Bernabeu.

Creo que después de que ahora la batalla con el Barcelona, en lo colectivo, puede estar más igualada, en lo individual, dentro del campo, Ronaldo es demoledor y Messi tiene 30 metros de cara a portería espectaculares e incluso sigue ganando partidos siempre que el árbitro de un poco más de 90 minutos y le anulen un gol a Juan Cala absolutamente legal. Sin embargo, en el sempiterno debate con Maradona no hay color. Lionel mira hacía a tras y ve a la orquesta Filarmónica de Viena (Xavi Hernández, Busquets, Iniesta, Puyol, Pedro), por el contrario, cuando Maradona miraba atrás o a los costados veía, en el Nápoles, al que hizo campeón del scudeto, a la “Banda del Mirlitón” y en la Argentina que fue campeona del mundial de México 86, a la “Charanga del tío Honorio”, con lo que queda más que demostrado que como Diego sólo hubo uno y creo será, el más grande, durante muchas generaciones. Pero con respecto a Ronaldo, sin entrar en la calidad futbolística de cada cual, el portugués está al servicio del Real Madrid y, sin embargo, el Barcelona, y todo lo que ello conlleva, está al servicio del crack argentino, incluso todos lo derechos de imagen. Pero, “la mujer del cesar no sólo tiene que serlo sino también parecerlo” y en equipos tan grandes no sólo hay que ser grandísimos jugadores, Cristiano y Messi lo son, no hay duda, sino que tiene que ser “grandes” en el entorno.

El argentino, no se llevaba bien con E´too, Ibraimovic, y Villa, pero incluso al final, tampoco con Guardiola, y todos ellos están fuera del club; a Tello hay que decirle que cuando “las barbas de tu vecino veas pelar por las tuyos a remojar”… Y, verdaderamente, este tipo de jugadores que incluso extradeportivamente tiene problemas con la Administración Pública no me interesan demasiado; a mi el único “Messi” que me interesa es el perro de Isco. Neymar es más listo, no sólo es un dechado de virtudes futbolísticas, siendo una mezcla entre Garrincha, Ronaldinho y Romario, sino que es un auténtico mago del balón que crea regates imposibles y que, en definitiva, saca “conejos de la chistera”. También Isco hace auténticas maravillas con el balón, pero él, más que mago, es ilusionista porque ha devuelto el sueño del “fútbol de arte” al madridismo y, ya lo reconoció Ancelotti que junto con Ronaldo y Ramos es un jugador intocable; pero hay más, Iniesta ha dicho de él que es su sustituto natural en la Selección española. Por todo ello, estamos asistiendo, como ya apunte en su día y no me equivoqué, al nacimiento de un nuevo crack español, pero de los que triunfan con la humildad, de los de aquí de la tierra. Auguro una década de buen juego en ese Madrid espoleado por el malacitano, líder natural, del equipo cuando se retire Sergio Ramos, pues no sólo tiene el buen feeling dentro del grupo sino también la magia, el ingenio, el desparpajo y la técnica del clásico fútbol andaluz.

Lo que ocurrió en Estambul, no es la primera ni será la última vez que nos deleite el jugador malagueño con su juego, con el permiso de mi admirado Antonio Gala fue verdaderamente una “pasión turca” para D. Francisco, sus compañeros y para todos los de la tribu del fútbol y un auténtico vía crucis para el Galatasaray. Estoy convencido que “el ilusionista del Arroyo de la Miel” levantará la décima como no puede ser de otra manera, porque Francisco es de aquellos jugadores que pese a lo innato de su repertorio futbolístico se les puede aplicar el refrán español “A Dios rogando y con el mazo dando”.  España empieza a adorarlo y Europa está rendida a sus pies y quizá,  desde estos días de consagración en Europa, nuestro interlocutor sea el más fiable para hablar con la Sra. Merkel para arreglar nuestro problemas europeos, que son muchos, siempre que no esté el árbitro de aquel fatídico Borussia de Dortmund-Málaga, claro. ¡¡¡Viva Isco y viva el fútbol!!!