Pablo Serrano. Los goles de Canales y Piatti, por partida doble, dan los tres puntos al equipo de Djukic frente al St. Gallen que jugó gran parte de la segunda mitad con diez hombres. Los suizos pusieron en grandes apuros a un conjunto che que mostró su mejor versión en los últimos 45 minutos para remontar el 2-1 adverso.
Canales fue el director y Piatti, el músico. El argentino, que había llegado a estar descartado por Djukic, cazó dos balones en el área. El primero, para adelantar a su equipo en la primera mitad. El segundo, para empatar un encuentro con tintes de desembocar en la tercera regañina de la afición valencianista en lo que va de temporada. Dos jugadores que en la actualidad están muy lejos de su máximo rendimiento. Aún así, la victoria coloca líder del grupo al Valencia y ya está matemáticamente clasificado.
Canales empezó el partido en la banda derecha. El Valencia controló el juego en el AFG Arena. Las ocasiones son harina de otro costal. Los de Djukic tuvieron miedo en el área rival. Su juego no se traduce en ocasiones. Ni siquiera en llegadas al área. El técnico serbio probó colocando arriba los dos hombres con más gol de su plantilla: Helder Postiga y Jonas. En una alineación plagada de teóricos suplentes que ya quisieran otros equipos de primera división.
Con portugués y brasileño, el Valencia sólo asustó lejos del área rival. Las tres únicas ocasiones llegaron de tiros lejanos o de jugadas a balón parado. Cerca de la media hora de juego, Canales demostró su calidad y estrelló la pelota en el palo tras un saque de falta. Piatti, que había saltado al campo por un lesionado Fede, tomó nota. Tres minutos después el exjugador del Real Madrid calcó el tiro anterior. Madera y cuero volvieron a verse. El argentino fue su celestina y recogió la pelota para poner el merecido 0-1. Sin embargo, el poderío aéreo de los centrales suizos empató el encuentro mediante la única ocasión local.
La segunda mitad fue una montaña rusa. El dominio che continuó siendo el hilo musical, pero la canción había cambiado. De una soporífera nana a una Carmina Burana. El botón de play lo pulsó Karanovic. Pérdida de Parejo, que acababa de salir, y el delantero suizo avanza con gran zancada sin que nadie lo pare hasta encarar a Guaita que no despeja el tiro y acaba colándose en la meta valencianista. Canales se mudó a la posición de enganche dejando toda la banda libre para las subidas de Barragán. Ese es su hábitat natural y allí se asoció con Parejo y Piatti. El Valencia pisaba área por primera vez en el encuentro y las ocasiones se sucedieron: Canales, Helder, Alcácer,… El empate llegó tras una gran combinación de pases al más puro estilo Barça. Hilados en torno al balcón del área. Canales es el que filtra para Helder Postiga. Su mal control lo caza Piatti que con la derecha remata a las redes.
El otro partido del grupo había acabado en empate y el Valencia veía con buenos ojos el reparto de puntos. Volvió a sonar la aburrida nana. Pero aún faltaba la traca final. Los grandes jugadores no conocen los verbos contentarse. Canales es uno de esos tipos. El exmadridista se sacó del sombrero de mago un misil por toda la escuadra para que el Valencia consiguiera los tres puntos. Vuelve a repetirse la historia, pero en esta ocasión, el héroe no acabó en el suelo.
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