La ilusión que despierta la Copa en sitios como Xàtiva es incomparable a cualquier otra competición, por unos días los lugares más modestos se convierten en el epicentro de las miradas de todo el mundo. Tenían el día señalado como el más importante de todo el año, el Real Madrid les visitaba y Xàtiva se movilizaba. Si además de todo ello utilizas la emoción y las miradas como motivación te sale un partido como el de hoy. El Xàtiva anuló al Madrid en su casa y sacó un empate que sabe a gloria.
Desde el inicio del partido los locales no se achicaron y miraron de tú a tú al Real Madrid que contaba con nueve españoles en sus filas. El orden táctico que mostró el Xàtiva propició que el Madrid solo rematara una vez entre los tres palos en la primera parte, un cabezazo de Casemiro. Poco más dio de sí la primera mitad, el desajuste de ímpetu de Di María que le mantuvo nervioso y precipitado y las pequeñas llamaradas de magia que desprendía Isco.
En la segunda parte Ancelotti dio entrada a Marcelo y el Madrid ganó en profundidad y en presencia sobre el terreno de juego. Solo los destellos de Isco conseguían deshacer el orden táctico del equipo local. En sus botas estuvo el primer gol que fue repelido por una perfecta intervención de Francis. A pesar de estar siendo el mejor del partido Isco fue sustituido por Modric.
La responsabilidad estaba en manos de Morata y Jesé pero ambos estuvieron muy lejos de realizar un buen partido, al igual que Benzema que entró al campo igual que salió, sin hacer ruido.
Al Xàtiva aún le queda lo más difícil, afrontar el desafío del Bernabéu. El Madrid aún tiene la vuelta para demostrar que infravalorar a los rivales de la Copa quedó en tiempos pasados.
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