Inicio Opinión Antonio Oliver Madrid-Barça: hoy como ayer y mañana como siempre

Madrid-Barça: hoy como ayer y mañana como siempre

Compartir

73867_DEPORTE_07_REAL_MADRIDEl fútbol hace mucho tiempo que perdió el encanto de los partidos de la calle o de los desafíos, perfectamente serios, de los patios de colegio. Queda poco del espíritu de esos campos improvisados en cualquier parte y de aquella liturgia de armar dos porterías, exactamente iguales, con carteras, chaquetones y una piedra para sujetarlo todo. Había fair play. Las plantillas se hacían sorteando, para elegir. Ganar o perder formaba parte del juego pero no era una cuestión trivial. El fútbol es pasión desde que lo conoces y ,como el amor, no tiene término medio.

Terminaban los partidos y, en la zona mixta de una plaza, se analizaban los detalles compartiendo acuerdos y discrepancias con el pan y el chocolate. Exageraciones, jugadas reinventadas, penaltis clarísimos en los que nunca estábamos de acuerdo, relato extraordinario de aquel gol, del regate que dejó clavado al defensa y enormes ganas de revancha, fútbol.

Hoy se nos propone el mejor partido del mundo, un Real Madrid-Barcelona, y nos queda la sensación de algo que, siendo muy bueno, no nos complace del todo. Es como el regalo de reyes que alguien nos desvela antes de abrirlo o la película que nos revientan contado su desenlace. Magnífico regalo, estupenda película pero, para muchos, algo previsto, algo organizado para que ocurra así. Sin encanto. Será un gran partido, las aficiones de ambos equipos seguirán midiendo armas estadísticas y chascarrillos coyunturales y los demás mirarán complacidos por los malabarismos, las tensiones trivales y la potencia de un espectáculo que usa el balón como excusa.

Las televisiones tendrán su parte en puntos de audiencia, la prensa el rosario habitual de noticias trascendentes y el negocio oficial del fútbol sus ingresos descomunales. Todo es lícito pero tan obvio que amenaza las sensaciones y pone en riesgo la pasión que aportan todos los que, sin participar en ese ceremonial de gloria y dinero, son fundamentales para que la estructura se mantenga y siga generando dividendos. Sin ellos no habría milagro.

Hay que agradecer a los dos grandes clubes la aportación que hacen incorporando el fútbol de chistera que propone Messi cada vez que toma la iniciativa y la extraordinaria aportación de Cristiano cuando conjuga fuerza, oportunidad y eficacia. Agradecer que junten a Inista, Cesc, Xavi, Ramos, Alonso, Casillas y el resto de genios necesarios para que este partido no tenga parangón. Eso es algo digno de ver, sin embargo, el fútbol se mantiene de más cosas y tiene su esencia en la masa que lo vive, lo sigue y lo compra. Si se elimina, por aplastamiento reglamentario, la emoción  este deporte, como lo conocemos hoy, corre un serio peligro.