Sevilla. Tras los fuegos de artificio que Sevilla y Real Madrid desplegaron sobre el césped del Sánchez-Pizjuán, los técnicos de uno y otro equipo pasaron por la rueda de prensa posterior al partido con gesto adusto.
Carlo Ancelotti, que ha visto cómo en tres días sus dos máximos rivales le superaban en la tabla, subrayó el aviso que lanzó cuando el Madrid sumaba de tres en tres. Entonces, el italiano apuntó que los momentos difíciles llegarían tarde o temprano y habrían de prepararse para afrontarlos. Su fórmula, “carácter y personalidad de todo el grupo para conseguir reaccionar”.
A pesar del mazazo anímico que supone hincar la rodilla de forma consecutiva ante FC Barcelona y Sevilla, el preparador blanco finalizó su intervención dejando un halo de esperanza para los suyos, pues “estamos cerca del primero, y eso indica que todo es posible todavía”. Tampoco quiso señalar a ningún responsable individual por la derrota en la capital andaluza, defendiendo de ese modo al centrocampista Xabi Alonso, foco de las críticas tras su error en el primer gol.
Minutos después de la marcha de Ancelotti llegó a la sala Unai Emery, uno de los hombres más felices de la noche, aunque ni tras vencer al gigante blanco exteriorizó con gestos su alegría. La del guipuzcoano es una personalidad entregada al trabajo y a la búsqueda de la perfección, por lo que a pesar de la fantástica racha ganadora del Sevilla el próximo reto ya ronda su cabeza.
Los de Nervión acumulan un empate y seis victorias consecutivas, lo que convierte a Emery en el entrenador sevillista con la mejor racha histórica del equipo. Sin embargo, con presteza recalcó el riesgo que supondría caer en un estado de euforia cuando aún resta por disputarse el tramo final de la temporada.
Sobre la actuación llevada a cabo por sus hombres ante los hasta ahora líderes del campeonato, Unai Emery afirmó que cuajaron un encuentro “basado en la fe y en la constancia”. En añadido destacó la “capacidad de sufrimiento individual en pos del conjunto de todos los jugadores” y “el compromiso de todos basado en el trabajo día a día”.
Con las campanas ya repicando al vuelo ante el ritmo de crucero que ha tomado el Sevilla, el guipuzcoano tiene ahora la tarea de dirigir al equipo sabiendo administrar las dosis de confianza y frenando en los momentos justos. Es por ello que, para Emery, los choques de Liga que quedan han de mirarse de uno en uno, sin dar el salto al vacío que supondría marcarse como único objetivo el asalto a la cuarta plaza.
El próximo escollo para el Sevilla implicará cruzar toda la península hasta su extremo noroeste, donde ya espera el Celta de Luis Enrique. El Madrid, por su parte, recibirá al Rayo Vallecano en el Paseo de la Castellana.
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