Brasil mira los cuartos de final y suspira aliviada de saber que estará ahí. El alivio llega sobre todo al pensar en lo poco que ha faltado para no lograrlo. Hasta los penaltis tuvieron que ir brasileiros y chilenos para dirimir un choque que a los puntos habría ganado la Roja. Los palos evitaron que Chile se clasificara en el tiempo reglamentario y desde el punto de penalti el fútbol volvió a mostrar su cara más injusta.
Comenzaba el partido con una Canarinha que parecía dispuesta por fin a aceptar su responsabilidad como anfitriona y actuar respecto a ella. Quería el control y además lo conseguía. Aún así el juego era trabado por la intensidad defensiva de ambos equipos y los nervios iniciales. Solo la creatividad de Neymar, que parecía omnipresente durante los primeros minutos, y el juego directo daban opciones de peligro a los cariocas.
Fue en una jugada de estrategia, a balón parado, cuando Brasil encontró el ansiado fruto del gol. Neymar la centraba desde la banda y Jara intentado evitar que David Luiz rematara a placer anotaba un gol en propia que hacía estallar Brasil. Llegaba mucho y con claridad la Canarinha pero no terminaba de rematar a los chilenos que lo estaban pasando realmente mal. Estas llegadas sin materializarse les iban a acabar pasando factura de los de Scolari.
Hulk devolvía mal un saque de banda a Marcelo y Vargas la robaba saliendo disparado hacia zona enemiga. Alexis recibió dentro del área y sin ponerse nervioso la ajustó para devolver las tablas al electrónico del Mineirao. Volvía el respeto a las piernas de los futbolistas y Brasil decepcionaba con su aletargamiento producido por un miedo inexplicable. En estas se llegaba a una prórroga que posibilitaron Claudio Bravo y los postes de la portería brasileira.
La extenuación y el miedo que acongojaba los corazones de ambos conjuntos hizo que los minutos pasasen en balde y solo un poste hizo saltar las lágrimas a los miles de brasileños que por unas décimas de segundo se vieron fuera de su Mundial. Al final no fue así y el Dios del fútbol quiso ser cruel. Partido que se decidiría en la tanda de penaltis y allí Jara, en el penalti decisivo, volvía a fallar en contra de su equipo. Brasil se salva y Chile vuelve a la patria con la nostalgia de lo que pudo y no fue.
(En breve ampliamos)
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