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Hombre de un solo club

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Fuente: Mundo Deportivo
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Fuente: Mundo Deportivo

Quiero un Ryan Giggs, o un Paolo Maldini en mi equipo. Un one-club men. Alguien que nazca, crezca, se reproduzca y muera (futbolísticamente) en un terreno de juego con sus primeros colores. Debería haber más jugadores como Puyol en un equipo, sucumbiendo en la arena, como Russell Crowe, pero saliendo en procesión por la puerta grande.

El Barça se queda huérfano de brazalete. A la marcha forzada de Carles (35 partidos jugados en los últimos dos años), se han unido la de Víctor Valdés y la casi anunciada renuncia de Xavi al blau i grana.

No me gustan los jeques. Son como aquellas personas que sienten afección por las maduritas. Sí, tienen su encanto, pero siempre tuvieron años mejores. A Valdés le ha salido rana la jugada, cojo y sin equipo. Dmitry Rybolovlev (no es jeque pero también maneja) ha dejado plantado al meta azulgrana como el que dice en la tienda del barrio “ya te lo pagaré”, pero sabe que no pagará. Y es que el dueño del AS Mónaco deberá abonar a su ex esposa la cuantía de 3.300 millones de euros, el divorcio más caro de la historia. Quizá no maneje tanto a partir de ahora. El ruso sin dinero y Valdés sin ligamento, mala ecuación. Más aun cuando ya hay dos sustitutos en can Barça para el mejor portero de su historia. Poco querido y siempre cuestionado en su propia casa, Valdés optó por lo fácil y se dejó seducir por poderoso caballero.

Similar es el caso de Xavi Hernández. Sin un futuro claro en Barcelona, parece que el engranaje que tantas alegrías ha dado a culés y españoles se mudará a Catar o a la Gran Manzana. Lamentable fue verlo chupando banquillo en el tramo final de la temporada e igual de triste será ver salir al jugador que más partidos ha disputado con la elástica del Barça (535).

Y es que en Barcelona parecen tener predilección por las salidas por la puerta de atrás. Le pasó con Eto’o, gran culpable de París 2006 y Roma 2009. Y le pasó a Ronaldinho, encargado de llenar de sonrisas el fútbol mundial y artífice destacado de lo que es el Barça hoy en día.

Yo siempre me quedaré con la imagen de Ryan Giggs, dirigiendo a los red devils desde la banda ante el Hull City y, tras echar una mirada a su banquillo, determinar que él era el indicado para ingresar en el campo. El purismo del one-club men.