El Real Madrid ha vapuleado a su antojo al Athletic Club de Bilbao en el Santiago Bernabéu después de endosarles una manita de goles. Los madridistas bendicen cada día aquel 6 de julio de 2009 en el que Cristiano Ronaldo pisó por primera vez el césped del Santiago Bernabéu con el escudo del Real Madrid en el pecho. El equipo avanza a la velocidad que el portugués impone, está imparable e incluso hace de los Hat-trick algo normal en cada partido.
Atrás quedó el bache de inicio de temporada y las dudas que se generaron alrededor de ciertos futbolistas nuevos. El Madrid ya cabalga, unido y con paso firme por la senda de la victoria. El Athletic poco pudo hacer en la casa madridista, son un equipo sólido e incluso a veces imparable en su nueva casa pero hoy era uno de esos días en los que el rival se había propuesto arrollar a todo lo que se pusiera por delante.
La ‘BBC’ puso sobre el campo lo que todo rival teme, rapidez, movimientos y goles, muchos goles. Hay pocos tridentes en el mundo que funcionen como estos e incluso me atrevería a decir de la historia de este deporte. Juegan cómodos, cada uno con su rol y son felices y hacen felices a los que los siguen. El primer gol llegó tras un centro de Bale con la pierna derecha directo a la cabeza de Cristiano Ronaldo que abriría el marcador a los tres minutos de partido. Golpe en el marcador y en la moral de los rivales.
A pesar del resultado final el gran destacado del Athletic fue el portero Gorka Iraizoz que salvó a su equipo de una goleada histórica con intervenciones asombrosas. Antes de finalizar la segunda parte Karim Benzema marcó el segundo gol tras una asistencia de Modric, el francés volvió a repetir espectáculo después de su partidazo en Bulgaria en Champions. Diez minutos después de iniciarse la segunda parte Bale regaló un nuevo gol para Cristiano, el galés lo hizo todo pero cedió el gol a su compañero.
Con el partido sentenciado y el rival muerto el Madrid lo tenía todo para ir a por la goleada y así fue. Una fiesta, eso es lo que era el partido para los tres de arriba, el cuarto gol llegó de la artesanía de Cristiano que sirvió el balón en bandeja para Benzema. Los jugadores sonreían y la grada era feliz con su equipo. Faltaba redondear la noche, ese gol que permitiera a Cristiano igualar a dos mitos como Zarra y Di Stéfano con 22 hat-tricks sobre sus espaldas. Ese momento histórico llegó en el 88 con un gol donde la suerte se alió con el portugués, Pepe remató y la pelota golpeó en el codo de Cristiano. Los bilbaínos protestaron la acción por la posible mano, el árbitro no señaló nada y el quinto gol ya era un hecho.
La racha de victorias del Madrid sigue creciendo al igual que la racha mala racha del Athletic sigue aumentando.
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