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Atlético 2 – 0 Deportivo: el Atlético gana en el partido de la tristeza

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ArdaCuando un partido es noticia por un asunto extradeportivo ya da pena, pero si encima hablamos de violencia entre aficiones la tristeza es la más profunda posible. Hoy por desgracia ha sido uno de esos días en los que el fútbol ha servido de nuevo de excusa para que la líen los de siempre. Tres horas antes del partido entre Atlético de Madrid y Deportivo, ultras de ambos equipos se citaban para pelearse con un herido crítico como resultado. Yo les voy a hablar de ese partido que no se debería haber disputado; de un partido triste.

Empezaba el choque frío. Como debían de estarlo las aguas del Manzanares a las que los salvajes lanzaron al ultra del Deportivo. El público pitaba al Frente Atlético cuando este animaba y mientras el equipo colchonero  apretaba con cada vez más peligro. Juanfran ejercía de puñal enarbolado por Arda que sigue en un momento excepcional. Los gallegos no lograban pasar del centro del campo y el Atlético rondaba a una presa que cada instante se antojaba más sencilla.

Se dormía entonces el partido. La paciencia de los rojiblancos imperaba en el choque y el balón parecía tener el uso limitado a los del Cholo. El peligro quedaba relegado a las jugadas a balón parado y precisamente en una de ellas llegaría el primero del partido. Koke la ponía al primer palo donde Mandzukic la peinaba al segundo para que Saúl la empujase a placer. Se ponía de esta forma un instante de alegría a una gris mañana madrileña.

Con la reanudación el partido entró en un estado de aletargamiento profundo. La impotencia de los coruñeses sumada al buen hacer de los rojiblancos hizo que cada vez estuviese más claro a dónde iban a ir a parar los tres puntos. La sentencia llegaba a los quince minutos del segundo acto. De nuevo jugada a balón parado botado por Koke. El esférico salía rechazado a la frontal del área donde la cazaba Arda para, con la ayuda de Diakité, poner el segundo en el electrónico.

De ahí al final el partido solo tuvo de interesante la reaparición de Cerci tras sus polémicas palabras y los intentos desesperados de Raúl Jiménez por anotar un gol, a costa de desesperar a su compañeros que ven como el mejicano elige la jugada individual una y otra vez. Al final los tristes tres puntos se quedaron en el Calderón.