No es Anoeta uno de los campos fetiches del Real Madrid. Acumula unas cuantas derrotas en lo que va de siglo, y no llegaba en el mejor momento, tras los tres últimos encuentros del conjunto de Zidane -todos ellos en el Bernabéu- en los que el equipo mostró un juego soso y anodino, que se tradujo en dos empates ligueros y una victoria ante el flojísimo Apoel de Nicosia.
A todo eso había que sumar la baja de CR7 y la ausencia de pólvora arriba. Pero Zidane decidió confiar en Borja Mayoral, y el canterano, de vuelta tras su año en Wolfburgo, respondió a su primera titularidad con un gran partido. Suyo fue el primer tanto del choque, tras aprovechar una fallida chilena de Ramos en el área. El Real Madrid, a esas alturas de encuentro, ya mandaba sobre una Real Sociedad que no demostró la fortaleza que le había hecho ser colíder con un pleno de victorias. Kevin Rodrigues empató el partido con una gran pifia de Navas incluida, pero todo fue un espejismo. Otra galopada y una gran jugada de Mayoral devino en el 1-2, tras un centro de este y un gol en propia del citado Rodrigues, muy protagonista a su pesar. En la segunda parte, Gareth Bale volvió a demostrar que puede volver a ser un futbolista e hizo el tercero en una jugada marca de la casa para el galés.
Fue, por tanto, un serio encuentro de los blancos. Todos estuvieron a la altura, si se olvida el calamitoso error de Navas. Varane estuvo rápido en defensa, y Theo borró la mala actuación de la semana pasada ante el Levante con gran dosis de esfuerzo y buenos intentos ofensivos que generaron peligro. En el medio, Isco, Modric y Asensio hicieron malabarismos constantemente, siendo los verdaderos demiurgos de la noche. Y, por supuesto, Mayoral le dijo a Zidane que puede confiar en él.
FOTO: Realmadrid.com
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