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Inter de Jaén: el fútbol, la idea

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El fútbol es una herramienta que, en la provincia de Jaén, ha sido capaz de vertebrar el territorio. Desde hace muchas décadas los pueblos se han cruzado en los campos de fútbol y han construido una relación que sirvió para impulsar migraciones dominicales que mezclaban, más o menos en paz, a gentes de todos los pueblos en los graderíos o al filo de la banda.

El fútbol es, sin duda, el hilo conductor de muchas historias que van de padres a hijos y de abuelos a nietos. Es una forma de contar la vida de mucha gente y, muchas veces, por tratarse de un espectáculo doméstico no somos capaces de concederle su verdadero valor.

Hace unos meses Jaén vio nacer un proyecto que echaba a andar a partir de la experiencia de una década de actividad. Un grupo de deportistas que llevaban diez años en los campos de fútbol, decidieron crecer por el camino más generoso y más potente. Dieron luz verde a un compromiso que tenía mucho de fútbol pero, también, un alto grado de sensibilidad social. Nació el Inter de Jaén y se convirtió en el representante de la capital en la Segunda Andaluza.

Un equipo que nace es una información que tiene el recorrido justo de la noticia contada y el seguimiento normal. Victorias, derrotas: Fútbol. Sin embargo hay que parar el balón, echarlo al suelo y medir la altura del proyecto.

La realidad que proyecta el Inter de Jaén es una realidad que trasciende al hecho futbolístico para invadir espacios en los que, sería ideal, que coincidieran muchas sociedades deportivas. Cuando nos acercamos al Inter comprobamos que el discurso es deportivo pero que los mensajes van más lejos. Los rectores del  club han buscado que cada jugador sea un poste emisor de valores humanos, de respeto, de juego limpio y de compromiso con la idea de ayudar, jugando, a que el mundo sea cada día un poco mejor.

Han ganado, han empatado y han perdido y no han descompuesto el gesto. La competición les han colocado en contacto con la piel más áspera de las categorías base. Lo han experimentado todo. Remaron mucho.  Han llegado a la orilla y ahí siguen. Ahora con la anécdota de una reclamación burocrática. Pese a la frustración de haberlo tenido en la mano y estar con todo en el aire, para mí, lo importante sigue intacto. El Inter de Jaén llegado para aportar una idea, un estilo y una visión de futuro.

Inter de Jaén entró en el mapa de la pelota jienense para desplegar una serie de valores que debieran ser de uso obligado.  Es gratificante, aporta oxígeno y tiene la importancia de las iniciativas que nacen para cambiar cosas o para reforzar lo positivo que tienen las cosas.

Lo deportivo tiene un peso relacionado con el trabajo y con la calidad que puede reunir una plantilla de futbolistas que, jóvenes y comprometidos con la idea, han jugado al límite de sus posibilidades. El resultado no se discute. Se valora la forma de lograrlo y el ejemplo en la disputa.

Este equipo, a punto de terminar el primer tramo de su andadura, tiene casi todo lo que puede aportar una competición. Todas las sensaciones y todo lo que supone haber vivido momentos que, sin importar el cariz de los resultados, han logrado construir un grupo que va a soportar, a partir de ahora, con más fuerza todo lo que supone seguir compitiendo. Es fútbol y en el juego mismo está el premio.

Lo que sí ha ganado el Inter de Jaén, es la admiración general por la idea, por el discurso y por el proyecto. Ha logrado, con el fútbol como excelente excusa, mandar un mensaje diferente. Los jugadores lo han puesto en el campo y sus “ejecutivos”, master en juventud y mente abierta, lo han hecho construyendo un discurso que nace cargado de potencias positivas y de un futuro que, con su trabajo, será mejor para todos. Gracias y adelante.