El Real Madrid pone la directa. Tras ver los primeros cuatro meses de competición, pocos esperaban una recuperación contundente como la que parece estar teniendo el equipo de Solari. Así lo constata la victoria merecida en uno de los campos más difíciles de la Liga, tras venir de empatar en el Camp Nou hace, tan solo, tres días.
Empezó mandando el equipo local, empujando para hacer el primero, pero supo echar paciencia el Real, y así suavizó el empuje colchonero. Pasado el cuarto de hora, gracias a un córner visitante, Casemiro puso el primero. Un bellísimo tanto, de chilena, tras cabecear previamente Ramos la pelota y dejar esta, mansa, en el aire para que la cazase el brasileño. Un tanto de bellísima factura.
Hacía mucho daño el Real Madrid en sus contrataque. Especialmente Vinicius. El partido del brasileño fue destacadísimo. Puso un centro precioso a Lucas que, de haber enganchado bien el esférico, hubiese supuesto el 0-2. Pero no. Lo que llegó fue el 1-1. El VAR dictaminó que Griezmann no estaba en fuera de juego y este batió a Courtois por debajo de sus piernas.
Pero antes del descanso, Vinicius se volvió a escapar. Jiménez no podía pillarlo y, con una dudosa jugada en la cal del área, el uruguayo cazó al brasileño. Penalty y gol de Ramos, pese a la buen estirada de Oblak.
El 1-2 con el que se volvió de los vestuarios peligró para los blancos en alguna que otra ocasión. Sobre todo, en el tanto anulado a Morata. De nuevo, el VAR tuvo que intervenir y, esta vez, lo hizo para anular el tanto. Vinicius fue sustituido y Bale entró en su lugar. El galés, tras una bonita jugada de los blancos, puso el 1-3 definitivo.
Un gran partido. Morata estuvo a punto de reinar ante su exequipo y, Courtois, que hizo un buen partido fue pitado con vehemencia por la afición. Es la primera victoria de los blancos en el Wanda. El Barça queda, aunque con un partido menos, a tan solo cinco puntos.
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