Inicio Opinión Antonio Oliver «Amigos del Deporte» y su servicio a Bailén cumplen 25 años

«Amigos del Deporte» y su servicio a Bailén cumplen 25 años

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Bailén es la puerta que, tras Despeñaperros, abre  todos los caminos posibles hacia el sur. Cruce de caminos, punto de encuentro, tierra de arcilla, olivo y viñas. Es un trozo de la historia de España que cada 19 de julio se reedita. Un espacio humano que vive entre la esperanza en el futuro y la nostalgia de tiempos pasados de prosperidad y chimeneas. Pequeñas alfarerías, grandes industrias y la vida que surgía en cada esquina con negocios familiares, comercios, restaurantes. Es el retrato de Bailén y podría serlo de cualquier pueblo de España. Esperanza, nostalgia y el duro vivir nuestro de cada día.

Las cosas que tenemos delante, los asuntos cotidianos y los gestos domésticos son difíciles de ver, porque los tenemos asumidos como normales, costumbres, hechos que se repiten. Es complicado dar la importancia que tienen los acontecimientos si los observamos como asuntos ordinarios a los que asistimos siempre y con un poco de indiferencia.

Bailén lleva 25 años celebrando una fiesta que, a fuerza de repetida, no acaba de ser valorada. La actividad de la Asociación Amigos del Deporte es sencilla, humilde pero constante y fiel a sus compromisos de fundación. Estos hombres, con Rafael Moga a la cabeza, llevan un cuarto de siglo proyectando el nombre de Bailén a los cuatro vientos, recibiendo a estrellas del deporte, del periodismo, de la cultura y dejándoles el sello de esta ciudad impreso en el corazón.

Deportistas de toda España, de toda Andalucía, de Argentina, de Brasil…han pasado por ese atril que, desgastado de tanto tiempo y tan largo trato con las manos de los premiados, se abrió en canal el pasado viernes y decidió que su último servicio sería el de la fiesta del 25 aniversario. El atril era de madera pero la voluntad de Rafael Moga y su equipo es inquebrantable, no tiene mesura a la hora de realizar esfuerzos y, me consta, que ya se trabaja en algo especial para la nueva temporada.

Este artículo no es una crónica, pretende ser un alegato a favor del trabajo bien hecho, del tiempo invertido para inspirar nuevos esfuerzos en los deportistas locales. Mis palabras, a partir del respeto a otras opiniones, quieren ser una llamada de atención a los bailenenses para que no conviertan algo, que desde fuera se ve como extraordinario, en una rutina a la que se acude cada año sin otro valor que la cita social.

Es hora que desde la sociedad bailenense se reconozcan el trabajo y el fruto de ese trabajo. Cada año, durante los 25 años, ha habido una representación municipal en esos premios. Palabras, buenas intenciones, reconocimiento oral y…poco más.

Los pueblos empiezan a diluirse y a convertirse en paisaje urbano cuando convierten al paisaje humano en luz de gas. Bailén ha sido un pueblo lleno de fuerza y de vida. Ahora que atraviesa momentos delicados es hora de amarrar los valores de las personas que luchan, en mitad de las carencias, por mantener viva el alma del pueblo que siempre ha sido. Si esa llama sigue viva es posible que un día vuelva a prender y alumbre a todos. Si la indiferencia, la abulia y la falta de sensibilidad se adueñan de la convivencia…el alma muere y los pueblos pierden su identidad. Ojalá que Bailén reconozca algún día el trabajo de los Amigos del Deporte y de Rafael Moga.