Inicio 1ª División Mejores sensaciones con susto final ante el Levante (3-2)

Mejores sensaciones con susto final ante el Levante (3-2)

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Controlaba plácidamente el partido el Real Madrid cuando, en una práctica muy suya, decidió complicárselo. Era el minuto 50 y Borja Mayoral, un exjugador en época de Zidane, hizo el 3-1, el primero del Levante. El Bernabéu no tardó en aplaudir el tanto del canterano blanco. Hay una serie de costumbres que se dan en el público cuando este acude a Chamartin. En primer lugar, sabrá que un antiguo pupilo de la casa perforará las redes de su equipo. Y, en segundo término, premiará la acción del contrincante con aplausos. Al público no le gusta recibir goles del contrario, pero ya que se dan, por qué no aplaudir si vienen de un antiguo jugador, de un conocido. Es cómo cuando alguien asesina a un ser querido con alevosía, -como lo criminales de Mindhunter-, y el vecino del homicida, sorprendido más que indignado, ante la pregunta de los medios, declara que siempre saludaba en el portal, que parecía ser un buen chico: cómo no aplaudirle.

Es fácil recibir palmas del Bernabéu. Para ello, solo tienes que marcar un gol al Real si eres exjugador o, en su defecto, haber hecho cosas positivas con la selección española. Todo lo contrario sucede si eres un jugador de la casa: si empatas o pierdes un partido, te van a caer pitos, y da igual que hayas ganado cuatro Champions en las últimas seis temporadas. Pese a pasar un mal trago en la recta final del partido, el equipo de Zidane no hizo un mal encuentro, por lo que parecen injustos los pitos del respetable del final. El Levante pudo empatar, sí, pero también se pudo llevar un buen saco de goles de la capital. El Real jugó bien, sobre todo en la primera mitad. Aunque, de forma irrefutable, aún hay mucho margen de mejora.

Otros de los históricamente pitados con frecuencia, Karim Benzemá, sigue salvando puntos para la entidad blanca. En media hora ya había hecho dos goles y había realizado grandes movimientos que enloquecían a la defensa levantinista. El primero vino tras un centro de Carvajal, muy incisivo en la primera contienda pero despistado, como últimamente, en la segunda. El segundo tras una pérdida de los valencianos atrás y buena asistencia de James. Antes del descanso la ventaja subió aún más. 3-0 con gol de Casemiro tras pase de Vinicius.

Precisamente, el joven brasileño, también le rindió tributo a una querida costumbre propia: tener menos puntería que una escopeta de feria. Es difícil creer que fallara ciertas ocasiones. Es rápido y hábil, y cuesta comprender su torpeza cara a puerta. Es como si jugase en manoletinas que, al disparar a gol, se transforman en sandalias. Y entre fallo y fallo de Vinicius llegó el citado tanto de Mayoral. Y más tarde el de Melero. 3-2 y tocaba sufrir, pero el marcador no se movió.

Pero la gran noticia para la parroquia blanca es que debutó Hazard. El belga, al que aún se le nota que no está en su mejor forma y algo desubicado, dejó alguna buena jugada. Sobre su calidad se debería edificar el presente Real Madrid, si quiere aspirar a triunfar a lo largo de la temporada. Tiene un gran regate, una potente arrancada y es realmente inteligente dentro del campo. Nadie duda de sus capacidades de estrella. Y, además, tiene un potente tren inferior, que sabe utilizar a las mil maravillas. No cabe duda: sobre ese culo ha de construir Zidane el camino a la gloria del Real Madrid 2019-2020.

Fotografía: Realmadrid.com