Inicio Opinión Antonio Oliver Sera, tu último regate nos ha roto el corazón

Sera, tu último regate nos ha roto el corazón

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Se ha muerto un futbolista. La vida sigue pero al fútbol doméstico, al fútbol de Jaén, ayer se le partió el alma. Jugamos. Dejamos de jugar. Pasa el tiempo. No nos vemos pero todos, de alguna forma, nos llevamos en la memoria. Mis crónicas. Mis entrevistas y el relato de su tiempo, para mí, se han vuelto presentes con un desgarro brutal. No puede ser…Sera.

Sus palabras entrecortadas y su timidez para contar el vértigo de los gestos de amenaza para la puerta contraria. El silencio que precedía a sus respuestas. Todo eso lo recordé ayer en un momento. Nunca tuvo una palabra de jerarquía pese a su talento. Era humilde. Un “animal de equipo”. De todas formas seré económico en los halagos para así ser respetuoso y fiel a su idea. Supongo que, si pudiera leerme, no me perdonaría el exceso que él no se ha permitido nunca.

Subió a ver una antena. Quería tener todo dispuesto para volver, como todos, al fútbol. Él era futbolista y quería recuperar las emociones del fútbol. Subió al tejado y, sin saberlo, estaba dando el primer paso para acercarse al cielo. El corazón se le paró, despacio pero inexorable. No pudo más. La paradoja es que su corazón se empezó a parar cuando buscaba aquello por lo que su corazón latió siempre, el fútbol. No tenemos explicación para algunas cosas. Impotencia. Ya da igual.

Podría escribir mucho para acercarme al desgarro de la familia y al dolor del fútbol de Jaén. Hay veces en las que, conociendo casi todas las palabras, no eres capaz de ordenarlas con sentido, con el sentido que tú quieres. El dolor es tan personal que nadie puede ni describirlo ni atenuarlo. Depende del tiempo y del corazón de cada uno. Anoche me di cuenta de que nada iba a servir para rebajar el dolor ni para consolar a nadie.

Conocí la noticia y tuve la sensación del tiempo perdido. Ese tiempo que no se recupera nunca. Era un futbolista, una persona, que había tratado poco pero con el que me unía un hilo de afecto sostenido en el tiempo. No caducó nunca. Hay cosas que son y que no tienen más explicación. Siempre pensé en llamarlo, en hablar con él y pedirle que se uniera a alguno de mis proyectos. Tenía pensado hasta el argumentario: “Sera, te necesito porque eres del fútbol y la gente del fútbol, te quiere”. Como casi siempre llego tarde para estas cosas. Estoy en lo urgente pero, demasiadas veces, no llego a lo importante. Lo siento Sera. Seguro que me perdonas.