Inicio Opinión Antonio Oliver Torres, el triunfo de lo discreto

Torres, el triunfo de lo discreto

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Torreperogil líder. No es magia, es trabajo.

Torres ha construido en Torreperogil un edificio que, lo mires por donde lo mires, lleva su firma. Es un trabajo coral porque jugadores, directiva y afición han entendido la esencia del equipo y sus posibilidades reales pero, fundamentalmente, es un equipo de autor porque todos han asumido la idea y el sistema, dentro y fuera del campo, que propone el técnico. 

Torres es el paradigma de lo discreto. Ya de jugador era uno de esos futbolistas que cualquier entrenador quiere en su vestuario. Sin estridencias y sumando siempre. 

Llegó a Torreperogil para asegurar los cimientos de una entidad modesta y, como no le pierde la vista a nada ni vuelve la cara a los retos, ha metido al equipo en Tercera División y lleva ahí tres temporadas. Ahora, en mitad de este disparate de campaña que vivimos, el modesto equipo de «La Torre» mira la pirámide desde la cúspide pero, frente al relumbrón del liderato, el entrenador ni cambia de materiales ni varía su discurso. Este momento de gloria transitoria, porque la alegría en casa de los modestos no dura para siempre, ya no se lo pueden quitar a la familia del fútbol torreño. 

Están ahí. Nadie les ha aupado a ese lugar. Son dueños de su mérito y administradores del esfuerzo que usaron para llegar. El fútbol, de vez en cuando, premia a los humildes. Sobre todo si llevan a sus espaldas miles de horas de entrenamiento y mucha fe en la caja de herramientas. 

Torres ha puesto líder a su equipo y no es magia.