Inicio Opinión Antonio Oliver Valenciano prolonga el idilio de Torreperogil con la categoría

Valenciano prolonga el idilio de Torreperogil con la categoría

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 David Rojas «Valenciano» tomó el testigo en Torreperogil. Era una cita con el fútbol cargada de aristas. El legado de Torres es muy potente allí en lo futbolístico y en lo humano. Han sido muchos años de cumplir objetivos y de lograr el maridaje perfecto de equipo y afición.

Sin embargo David «Valenciano», uno de los técnicos de la provincia con más crédito, aceptó el reto consciente de las dificultades en todos los sentidos y armado de su capacidad de adaptación y de la confianza en las propias fuerzas.

Tuvo la posibilidad de encarnar la «provincialización» del Real Jaén de la mano de Fernando Campos. Tomás Membrado, asistido por sus iluminados asesores, segaron aquella oportunidad. Eso ya es historia. Una historia lamentable.

El aterrizaje de Valenciano en Torreperogil fue un riesgo calculado. Sabía que el respaldo de la directiva era una fortaleza y que lo escuálido del presupuesto representaba una peligrosa debilidad. David es consciente de que el entrenador se proyecta en su verdadera magnitud cuando saca agua de las piedras o cuando ve en su vestuario lo que solo puede ver una mirada futbolísticamente formada. El camino va estar lleno de dificultades pero, cuando uno va con todo, es obligado ser optimista.

La liga es muy larga y las mieles tempranas, conociéndolo, no van a distraer al entrenador ni el técnico va a permitir que sus jugadores se confundan. El C.D. Torreperogil ha llegado a ser un «clásico» de la categoría sujeto a pilares muy firmes de confianza, sudor y vista larga y ese, con los acentos propios que le ponga Valenciano, debe ser el camino.

David ha sabido, desde la pretemporada, transmitir a sus jugadores que los límites no están fijados, que las carencias se suplen con trabajo y convencimiento y que, cuando vengan las dudas, la cohesión del grupo será la certeza que les sacará de los malos momentos. 

Me alegro de que Valenciano aceptara el reto y que lo esté gestionando con acierto y serenidad. Ojalá pueda traducir, otra vez, su notable y eficaz sentido del juego en resultados. Él y el equipo lo merecen. Lo que han ganado hasta ahora ya no se lo va a quitar nadie.