Inicio Fútbol Internacional Copa, el inesperado héroe costamarfileño en la ‘secuela’ de 1992

Copa, el inesperado héroe costamarfileño en la ‘secuela’ de 1992

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Costa de Marfil se alzó el pasado domingo con su segunda Copa de África de Naciones. Algo que no sorprende en una selección que cuenta con futbolistas de renombre internacional como Yaya Touré, Gervinho, Doumbia o el reciente refuerzo del Manchester City, Wilfred Bony. Lo hizo eso sí, sin su estrella de la última década, Didier Drogba, ya venido a menos como revulsivo en su segunda etapa en el Chelsea. Lo llamativo es que firmó su triunfo prácticamente de la misma forma que su anterior y único título de campeón africano logrado en la edición de Senegal 1992 y además con un protagonista inesperado.

En aquella ocasión, Costa de Marfil superó en la final a la Ghana de Abedí Pelé, tras igualar a cero en los 90 minutos, en una tensa y casi eterna tanda de penaltis, en la que hasta el vigésimocuarto lanzamiento no se desniveló la balanza a favor de los marfileños. Los Elefantes, ahora dirigidos por el francés Hervé Renard que hizo campeona a Zambia en 2012, calcaron el guión de aquella película con final feliz 23 años después en el estadio de Bata (Guinea Ecuatorial) en la edición de 2015. Se vieron de nuevo las caras ante Ghana, con André Ayew y Jordan Ayew, hijos de Abedí en el combinado de «Las Estrellas Negras». En el tiempo reglamentario tampoco se pasó del empate sin goles. Y en la tanda decisiva, esta vez veintidós fueron los penaltis necesarios para dilucidar el nuevo rey del balompié africano. Y nuevamente ellos subieron al trono.

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Foto: AFP

La similar hazaña tuvo una particularidad añadida, el héroe no fue ninguno de los ases de Costa de Marfil. Gervinho, sustituido durante el transcurso del partido, no quiso mirar sentado en una silla de espaldas a lo que sucedía en la portería. Bony, el heredero del legado de Drogba, erró su pena máxima. Yayá  Touré cumplió al anotar el quinto penalti pero la importancia de su lanzamiento dependía del rendimiento de sus siguientes compañeros en encarar la cal del punto fatídico. Sin que nadie le esperase, emergió la figura de Barry Boubacar Copa, el guardameta marfileño. Suplente durante toda la competición, el cancerbero del Lokeren belga se encontró ante los focos de la gran final por la lesión de su compañero Gbohouo en las semifinales. En la tanda, Barry Copa intentó tirar de pillería para desconcentrar a los lanzadores, tuvo dolores musculares y paró dos penaltis ghaneses, el último al portero rival, Razak. No solo eso, a sus 35 años, el veterano Barry Copa fue el siguiente en lanzar, superó sus molestias, tuvo en sus botas el pasaporte a la gloria de su país y no falló. Tomó una carrera no muy larga, se acercó al balón y ajustó a la izquierda de Razak, que adivinó la dirección pero no llegó a atajarlo.

Su gol ha pasado ya a la historia del fútbol africano. Sirvió para acabar con el sufrimiento de Drogba mientras apoyaba por televisión a sus compatriotas y antiguos compañeros. Para dar una mezcla de tranquilidad y felicidad a Gervinho cuando se decidió a mirar. Para saldar una cuenta pendiente de parte de la mejor generación de los Elefantes. Para reescribir una ‘secuela’ casi idéntica a la de 1992. Y para ensalzar a Boubacar Barry Copa, el  inesperado héroe costamarfileño.