El EM Villanueva logró el pasado fin de semana con cuatro jornadas de adelanto, el ascenso a la Regional Preferente Juvenil de manera matemática. Al conjunto dirigido por Ginés, tras dominar la competición durante todo el curso, le estaba costando certificar definitivamente su ascenso. Tuvieron el primer match ball en Orcera, pero el Comarca Sierra Segura, contra pronóstico, les derrotó por primera vez en lo que iba de campaña (1-3). La semana siguiente la fiesta estaba preparada para celebrarlo frente al máximo rival, la EMD Villacarrillo, penúltimo de la clasificación. Pero, la falta de futbolistas de los campiñeses provocó que se aplazara el encuentro para el puente de Andalucía.
Hasta que a la tercera fue la vencida. De nuevo oportunidad en casa, en un marco inmejorable ante el colista, el Santisteban del Puerto. A pesar de la superioridad en la tabla, hasta las postrimerías de la primera mitad no abrió la lata el Villanueva. Fue Avilés, en excelente estado de forma, el encargado de marcar el primer tanto. En la segunda mitad, el capitán del equipo, Rubio y el propio Avilés sentenciaron el encuentro con dos tantos más. El ascenso era una realidad.
El consumado éxito es muy importante para el fútbol villanovense. No es para menos si tenemos en cuenta que desde el descenso de la temporada 06/07, los juveniles había intentado volver a esa categoría en vano en varias ocasiones. Máxime si recordamos el suceso de la temporada pasada. En el último partido de liga, el Villanueva era segundo pero si ganaba en el San Blas al Tugia, el líder en ese momento, era equipo de Preferente. Ante muchísima afición y contra un equipo con 10 jugadores, los de Ginés sólo pudieron empatar y se quedaron con la miel en los labios. Posteriormente obtuvieron el ascenso por la vía administrativa por la imposibilidad de ascenso de los pealeños, pero renunciaron a él.
Por tanto, lograr este campeonato supone sacarse esa espina que tenían clavada. Supone además, confirmarse como la mejor generación villanovense desde la que lideró Salva a finales de los 90 y sumar a su palmarés el ascenso en la única categoría que les quedaba. Y es que esta generación, denominada por Alejandro Arce como “los júnior de oro” (94/95/96) tiene el privilegio de presumir de cinco ascensos en las cinco categorías federadas de la EMD villanovense: benjamines (2003/04), alevines (2004/06), infantiles (2007/08) cadetes (2008/09) y juveniles (2012/13).
Su grandeza se explica a partir de varios frentes. El primero y principal es la comunión en el vestuario que su míster ha conseguido labrar con el paso de los años. El trato de Ginés con sus futbolistas es como el de una gran familia y esa química se transmite en el campo. Otro de los motivos lo definió el propio Ginés en declaraciones al nuevo programa radiofónico local “Aficionado en la onda”: “la calidad y el trabajo de los jugadores”. En la plantilla cuenta con varias de las grandes esperanzas del fútbol villanovense: Siles, Choco, Pirri, Alberto del Río, Avilés o Jaime (que ya han debutado con el sénior) entre muchos otros. Otro elemento clave es la capacidad para adaptarse a las rotaciones y a la ausencia de Valle, que este año decidió centrarse en los séniors (aunque jugó algunos minutos y el ascenso también es suyo). El equipo tiene muchos estudiantes en sus filas y en algunas ocasiones han causado baja. Aún así, los villanovenses con la polivalencia por bandera, han superado esas adversidades y se han mostrado como una apisonadora durante todo el año. Sólo el Cazorla ha intentado seguirle el ritmo, pero sin hacer peligrar verdaderamente un ascenso casi anunciado.
Los goles de Anaya, Pirri y Luis Peralta, la clase de Alberto del Río, el regate de Avilés, la zurda de Vidal, la contundencia de Román, Barreras, Jaime o Romero, la zurda de Vidal, la polivalencia de Siles y Alexis, el trabajo de Joselín, el oportunismo de Nacho, el esfuerzo de Diego, Juanra y Juanchi, el talento de José Manuel y el cerrojo que han representando Santi y Choco, para lograr ser la portería menos goleada de los tres grupos, son un ejemplo de los valores de un equipo que ha hecho historia y cuyos nombres habrá que seguir de cerca.
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