Estoy triste… la Merkel y sus bizarros teutones nos han quitado el cetro del fútbol europeo. Los catalanes con un ridículo resultado y los capitalinos queriendo jugar a la épica cuando la guerra la traían comprometida desde el partido de ida. Y pasa que cuando se pierde, afloran los fantasmas y las rencillas y aparece el navajeo y las cuentas pendientes y todo se asemeja al politiqueo bajuno que nos rodea. Ahora, el que era número uno ya no gusta, el paisano se cambia de bando, el preferido dice que sólo le importa lo suyo. Este parlamento futbolero es un mal imitador del otro en el que mucho se cacarea y poco se resuelve. Los tertulianos forofos enjugan sus lágrimas en estudiadas poses y los tuiteros desahogan las derrotas de los suyos riéndose del contrario. Hay que volver la mirada al fútbol doméstico y en este ahogo final de la temporada ver que pasa con los equipos que se juegan el descenso! Pobre amigo Manzano luchando como un titán para sacar agua de un pozo que estaba seco¡ Pobres gallegos apelando al orgullo para no dejar a la tierra sin representante en la máxima categoría. Pobre Graná remando contra corriente.
Lo único que nos queda, y no es poco, a los jaeneros es esa primera plaza de nuestro Real Jaén y ese Linares y ese Mancha Real y ese Villacarrillo y ese Martos siendo punteros en su grupo de tercera y todos los que apuran sus opciones para conseguir el premio final de cambiar de categoría y mejorar, que ese y no otro debe ser el noble objetivo de los gladiadores que compiten cada domingo en pos del sueño. A mi ya me duelen riñones y espalda de tanto golpe recibido y solo espero que en los acontecimientos pendientes se me trate con cariño y los que sean más hábiles me llevan al fondo de la red y así puedan llevar al fondo de sus vitrinas un merecido trofeo en forma de copa o a modo de ascenso. Y por favor que se aclare eso de las apuestas y de los amaños de partidos que no sé por qué me pega que algunos me endosaran la culpa de sus miserias.Juego limpio por favor que yo salgo al campo impoluto y solo deseo cuando el árbitro manda jugar que gane el mejor.
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