El Bayern Munich se proclamó anoche campeón de Europa tras vencer al Borussia Dortmund por 2-1. El fútbol debía algo grande a Robben, que anoche cobró sus deudas transformando el segundo y definitivo gol de su equipo. Pero no fue fácil. El croata Mario Mandzukic adelantó al equipo de Jupp Heynckes a los 60 minutos, al rematar a puerta vacía un centro de Robben, pero a los 68 igualó el Dortmund con un penalti de Dante sobre Marco Reus transformado por Ilkay Gündogan. Tras perder la final del año pasado y la de 2010, el conjunto bávaro conquistó por fin en Londres su quinta Copa de Europa, un título que cierra con honores el ciclo de Jupp Heynckes al mando del Bayern y que le sitúa en el podio de la Champions junto a Milan, que tiene siete títutlos, y Real Madrid, con nueve.
La final no defraudó y se vio el partido igualado y competido que todos esperaban. El Dortmund, más alegre, más joven y, tal vez, con más talento en la media, gobernó el inicio del partido y dispuso de las mejores ocasiones durante la primera parte, sin embargo, el Bayern fue encontrándose poco a poco y comenzó a sacudirse el dominio gracias a las contras de Robben, que tuvo dos claras para romper la igualada. No obstante, el partido nunca tuvo un dueño claro hasta que, a falta quince minutos, el Dortmund se desfondó y el Bayern aprovechó los espacios para hacer daño. Robben y Ribery comenzaron a entrar por banda y por el centro, hasta que a falta de dos minutos para el final, el francés llegó al balcón del área y cedió de espaldas para Robben, que se filtró en el corazón del área para hacer el 2-1. El holandés se cobró así una deuda que el fútbol le debía desde sudáfrica y que se extendió en las finales de la máxima competición continental.
El Bayern de Heynckes, después de jugar tres finales consecutivas, reinará por fin en Europa y va camino de conseguir un triplete histórico.
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