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Nunca dos preseas fueron tan amargas

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ciclismoLa selección española masculina de ciclismo en ruta ha cerrado el Campeonato del Mundo de Florencia 2013 sumando dos medallas: la plata de Joaquim “Purito” Rodríguez y el bronce de Alejandro Valverde. Sin ver la carrera, e incluso tras verla, dos preseas son un éxito con mayúsculas. Pero tanto para sus protagonistas como para la prensa y afición española al deporte de la bicicleta, son dos metales amargos. Por momentos, la estrategia necesitó del esfuerzo, ésta vez de peón, de Alberto Contador y de Jonathan Castroviejo, que realizaron el trabajo sucio más destacable. Muy importante su labor, sobre todo en el contexto de lluvia y dureza de los 227 kilómetros del trazado transalpino que ha llevado a meta a sólo 61 corredores, siendo Herrada y Samuel Sánchez dos de los perjudicados por las caídas.

Tras una infructuosa escapada y con algunos aspirantes (Froome, Nairo Quintana) en fuera de juego, a falta de una vuelta, un grupo de 30 corredores se jugaron el todo por el todo. Valverde, “Purito”, Dani Moreno y el propio Castroviejo entre ellos. La intensidad de Scarponi seleccionó el grupo y dejó atrás a grandes favoritos como Cancellara, Sagan o Gilbert, defensor del título. En la última subida a Fiesole, Castroviejo tomó el timón. Poco después, llegó el primer hachazo de Nibali, que se llevó a rueda al colombiano Urán, al portugués Rui Costa y a Valverde y “Purito”. En el descenso, Urán se cayó y el grupo de cabeza se quedó en cuatro unidades. “Purito” lo probó en la Vía Salviati pero Nibali le alcanzó con los otros dos pegados a su sillín. A falta de 4 kilómetros, de nuevo “Purito” decidió marcharse en solitario aprovechando un movimiento generoso de Valverde, que se abrió ante el ataque. Poco a poco, “Purito” se alejó con Nibali detrás haciendo todo el trabajo de la persecución, Valverde a la espera y Rui Costa vigilante.

A falta de un kilómetro y medio, España comenzó a perder un oro que parecía suyo. Rui Costa, que se mueve en estas situaciones como pez en el agua, decidió atacar en busca de discutirle el oro a “Purito”. Valverde no le siguió y esperó a ver la decisión de Nibali. Ahí estuvo el error. El portugués, fortísimo, cazó al español a falta de 500 metros y le superó al sprint. “Purito” se tuvo que conformar con una plata bañada por sus lágrimas en el podio. A Valverde sólo le quedaron fuerzas para superar a Nibali y adjudicarse un bronce, que parecía iba a ser el oro que lleva persiguiendo diez años. Se resiste el metal dorado para el murciano, que eso sí ya tiene el récord de medallas mundialistas con cinco (dos platas, 2003,2005 y tres bronces, 2006,2012 y 2013).

Las caras en meta y en la entrega de medallas de los españoles lo decía todo. Plata y bronce, sí, pero adiós a un oro que estuvo en el bolsillo. El seleccionador, Javier Mínguez, se mostró bastante decepcionado pese a las medallas. Tras la prueba expresó: “Les doy un 10 al trabajo de todos, pero al final Valverde comete el despiste y el error de no estar ahí en el momento clave para aprovecharnos y jugarnos la carrera». Ese es el discurso predominante entre los entendidos aunque otros opinan que “Purito” se equivocó al insistir en el ataque en vez de esperar a un sprint entre los cuatro escapados donde Valverde tenía todas las papeletas para ganar. La realidad es que por una causa u otra, el oro fue a manos de Rui Costa. La plata y el bronce no fueron consolación para “Purito” y Alejandro Valverde. Nunca dos preseas fueron tan amargas.